Los problemas son los de siempre, errores defensivos, falta de fútbol y muchas distracciones. Pero Boca necesitaba ganar y lo hizo; tal vez lo único rescatable. Fue 2-1 sobre Central
Futbo9lísticamente este Boca no es mucho más que el que dejó Carlos Bianchi. Falta de seguridad en una defensa que sigue disociada, escasa creación de fútbol en el medio campo, hoy con un Castellani que parece no haber llegado a entender lo que es jugar en el equipo de la Ribera y un Meli que ha ido de mayor a menor en esta campaña y hoy es un jugador voluntarioso pero con muy poca claridad.
Adelante Gigliotti, siempre corredor y siempre buscando, no termina de redondear una actuación convincente y como si eso fuese poco sigue peleado con el gol.
Con muy poco Central se las ingenió para complicarlo y Valencia, todo potencia y velocidad pero además con interesantes conceptos estratégicos, se asoció bien con Niell y enloquecieron a los centrales del local que en ningún momento pudieron coordinar los movimientos.
Y fue justamente el colombiano el que cerca del final de la primera etapa desparramó a Echeverría y a Magallán y quedó sólo para cabecear a pocos metros de un Orión que otra vez pareció lento en la reacción.
En el segundo tiempo la ventaja numérica ante la infantil falta de Acevedo que le costó la expulsión y la decisión de Arruabarrena de poner cinco delanteros en cancha para jugarse el todo por el todo, le dieron a Boca el impulso necesario para dar vuelta el partido en pocos minutos.
Primero Echeverría y después Marín -los defensores siguen siendo los que hacen goles en Boca- redondearon un 2-1 que es más premio a la actitud del local y el riesgo asumido por su DT que a la calidad de su juego, que sigue brillando por su ausencia.
No fue bueno el rendimiento de Boca y deja una vez más la sensación de que depende más de alguna jugada fortuita que de fútbol asociado.
Hoy fue la garra y esa cuota de buen fútbol que le dio el ingreso de un Luciano Acoista que hasta acá nunca había sido tomado en cuenta y que vilvió a demostrar calidad y profundidad en el manejo de la pelota.
Pero nada más; como conjunto sigue en deuda y muy lejos de redondear algún buen rendimiento.
Eso sí…había que ganar y Boca ganó. Como antes…como siempre.
