Por Adrián Freijo – Marcos Peña y su torpeza, Oscar Aguad y su muy radical costumbre de acumular palabras y después ver qué significan; un clásico de las cosas que nunca quedan muy en claro.
Seamos directos: nuestros dirigentes no pueden evitar dejar siempre la sensación de que nos toman por tontos. ¿Qué otra cosa decir de dos funcionarios que, con cara de nada, se paran frente a las cámaras y pretenden que creamos cosas que, por su nitidez absoluta, no requieren ninguna «aclaración» de parte de nadie?.
Veamos si no:
«El presidente no intervino en nada y solo nos pidió que participaran todos los poderes del estado» (Aguad). Si no intervino…¿como pidió esa participación?. ¿El presidente «no participa» cuando es uno de sus ministros el que firma un acuerdo millonario que involucra al Poder Ejecutivo y, en este caso en particular, una empresa de la familia presidencial?.
«Hemos preferido que sea la justicia y el Congreso quien resuelvan esta cuestión» (Peña). Ocurre que el acuerdo data de junio del año pasado y se conoce recién ahora por una denuncia de una fiscal que obviamente toma la oposición. Y es esa fiscal y la Cámara de Diputados los que investigan y citan a los funcionarios que hasta ahora, a los largo de 8 meses, no habían recabado su opinión y ni siquiera habían notificado el acuerdo.
«Esto es parte de un arreglo global; lo que se buscaba era que en base a él las partes levantaran todas las acciones cruzadas» (Peña). Sin embargo a la fecha la sociedad en cabeza de la familia Macri no solo no ha levantado las acciones contra el estado sino que amplio su demanda muchos meses después del citado «acuerdo».
«Que los que gobernaban anteriormente expliquen porque dejaron pasar 12 años sin resolver el problema» (Aguad). Es verdad, y la justicia tendrá que investigarlo. Cuando ello ocurra seguramente aparecerá una sospechosa connivencia entre quienes encarnaban el Poder Ejecutivo y los que conducían la empresa. Sin palabras…
Por supuesto que reapareció el argumento de que desde la oposición se quiere politizar la cuestión; a lo que el oficialismo responde…politizando la cuestión.
En resumen, una aclaración que deja más dudas que certezas; y una realidad que, como siempre, es la única verdad: de no haber mediado una denuncia fiscal sobre un acuerdo, del que poco y nada se sabe hasta ahora que no sea lo ruinoso de sus consecuencias para el erario público, posiblemente la idea que rondaba por la cabeza de las partes hace ocho meses cuando fue firmado y guardado bajo cuatro llaves, hubiese tenido éxito.
Y no hay que ser macrista o kirchnerista o massista, o «lilito» para entenderlo…alcanza con ser argentino y conocer el viejo dicho que sostiene «otra vez la burra al trigo».