Un millón y medio de catalanes marcharon por su independencia

Ni los más optimistas pensaron en un impacto semejante. La marcha por la independencia de Catalunya superó lo esperado e hizo crujir los cimientos del gobierno. Europa preocupada.

Un alud de manifestantes ha protagonizado este viernes una nueva demostración de fuerza del independentismo en Barcelona al culminar la denominada ‘Via Lliure’, una concentración de más de 5 kilómetros que ha colapsado durante horas la avenida Meridiana de la capital.

Los números de la exhibición de este 11 de septiembre, como sucede en cada edición, bailan dependiendo de quien asuma el cálculo. Según la Guardia Urbana de Barcelona, han participado 1,4 millones de personas. Los organizadores elevan la asistencia hasta los dos millones, mientras que la Delegación del Gobierno en Cataluña la cifra entre 520.000 y 550.000 personas.

Nadie discute, sin embargo, que la movilización llevada a cabo este viernes es la que mayor peso político arrastra desde la Diada de 2012 al haberse llevado a cabo cuando faltan 14 días para las elecciones del 27 de septiembre.
Sus propios organizadores -la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural- han recordado la importancia de la cita cuando, al finalizar, han exigido a los diputados del Parlament que sean «leales» con el resultado de las urnas, que actúen con «valentía» y no «claudiquen» ante los obstáculos que les ponga el Gobierno para la creación de un Estado catalán independiente.

Este 11 de septiembre previsiblemente marcará lo que queda de unos comicios -quien sabe si su destino- que los partidos soberanistas contemplan como un plebiscito sobre la separación de Cataluña del resto de España.

Los partidos contrarios a la independencia han acusado por esa razón a los promotores de la ‘Via Lliure’ y a los partidos soberanistas de utilizar la celebración de la Diada de forma partidista en plena campaña electoral. Por ese motivo ni el candidato del PSC; Miquel Iceta, ni el de Catalunya si que es Pot, Lluís Rabell, han acudido de forma oficial. PP y Ciutadans, tradicionalmente contrarios a participar en los actos reivindicativos de la Diada, también han aprovechado actos paralelos durante la jornada para denunciar el uso «político» de una de las jornadas festivas más importantes de Cataluña.
Esa confrontación ha limitado la presencia política a los miembros de las candidaturas de Junts pel Sí y de la CUP. Entre los presentes estaba el ‘número 1’ de la coalición independentista, Raül Romeva; y el presidente de ERC, Oriol Junqueras.

Aunque se especuló con esa posibilidad, finalmente no ha acudido a la cita el presidente de la Generalitat, Artur Mas, al argumentar que debía preservar su «papel institucional». Tampoco la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien ha dejado la representación institucional en manos de su primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello.

La ‘Via Lliure’ se ha celebrado sin que se hayan registrado incidentes de gravedad y bajo un ambiente festivo que ha cubierto todo el trazado entre el barrio de Sant Andreu y el Parc de la Ciutadella.