En tiempos de presupuesto escaso cuando al estado le cuesta tanto estar presente, ¿no sería bueno contratar al pichicho de marras para que por lo menos asuste a delincuentes y asista enfermos?
¿Cuántas veces ante una emergencia de salud o de seguridad uno sueña con escuchar el sonido salvador de una sirena?. Y cuantas veces se queda esperando…
Este perrito nos abre la puerta a una nueva posibilidad: entrenar a los de su género para que hagan un trabajo que el estado nunca puede llegar a realizar ajustadamente.
Claro…mucho más no van a poder hacer…¡¡¡pero el susto que se van a llevar los delincuentes bien vale la pena !!!.