Confirmado: Mourelle no vio ningún partido del último Mundial

Redacción –  Rusia 2018 dejó una «moda» futbolística: la presión alta. Ello consiste en marcar lejos del propio campo y mantener la pelota en el del rival. Algo que desconoce el funcionario.

Desde el «fútbol total» que Holanda impuso en Alemania 1974, hasta el «catenaccio» que Italia consagró primero con el Inter de Helenio Herrera y luego en el campeón de España 1982, pasando por el «equipo bloque» de Alemania, presentado en Suiza 1954 y luego adoptado como característica propia del fútbol teutón, cada mundial de fútbol va marcando tónicas que, al menos por algunos años, son imitadas por los entrenadores del mundo entero.

Rusia 2018 fue la coronación de la «presión alta», consistente en ahogar al rival en su propio campo para mantener la pelota lo más lejos posible del propio. Colocar la pelota lejos de nuestro arco es desde siempre una regla de oro del fútbol que encuentra ahora estrategias y técnicas para lograrlo….

Y es claro que el Secretario de Economía y Hacienda Hernán Mourelle no ha tenido ni tiempo ni interés para sacar conclusiones de estas cosas. No se entiende sino esa compulsión que tiene por mantener la pelota de los conflictos siempre en su área, atorado y soportando el ataque constante de sus rivales. Algo a lo que le agrega la costumbre de encarar tres o cuatro partidos al mismo tiempo.

Carlos Arroyo demuestra cotidianamente un fuerte desprecio por la política, más allá de ser necesariamente parte del sistema. Lo que algunos definen como autoritarismo tiene seguramente muchos componentes de excentricidad y desconocimiento de las reglas de juego, las buenas, que hicieron de esa actividad una de las más nobles armas de convivencia de los seres humanos desde Aristóteles hasta la actualidad.

El buen político debe construir todo el tiempo los espacios de convivencia, esos en los que personas distintas y de intereses y pensamientos diversos pueden encontrar un espacio para compartir la vida cotidiana sin enfrentamientos y con un objetivo común. Que nunca es «lo que yo quiero» sino «lo que es útil para el conjunto».

Para eso el diálogo ha sido desde siempre el camino más sólido y efectivo. Y tal vez sea también el único útil en la búsqueda de consensos, ya que de su vigencia y de la inteligencia con que se utilice depende lograr la concreción de esa política de la que hablábamos más arriba.

Si en vez de emprenderla contra los docentes municipales, comunicando unilateralmente que se ha detectado una irregularidad en la liquidación de salarios y modificando sin debate alguno el sque perciben, las autoridades hubiesen convocado a las partes, explicado lo que a su juicio ocurría, atendido sus explicaciones y optado por lo que correspondiese legalmente…habrían colocado la pelota lejos de su arco.

Si la irregularidad era tal...¿qué argumento podrían utilizar los docentes municipales para, de cara a la sociedad, explicar que estaban cobrando lo que no correspondía?.

Pero no…Arroyo y Mourelle prefirieron hacer el trabajo de fiscales y salir -con la supuesta espada flamígera de la verdad absoluta- a descalificar, acusar y sancionar a los trabajadores que una vez más se quedaron sin la posibilidad de ejercer la propia defensa.

Y hoy la pelota ya ronda las inmediaciones del arco oficial. Pedido de interpelación al Secretario de Hacienda y al de Educación aprobado por amplia mayoría por los concejales del oficialismo y la oposición, acciones legales que seguramente prosperarán, al menos en forma de un amparo mientras se resuelve la cuestión de fondo que involucra derechos adquiridos y el abroquelamiento de los diferentes bloques del Concejo que ya han adelantado que en la próxima sesión y sobre tablas votarán la modificación de la ordenanza pertinente para que el nuevo texto deje en claro la razón que esgrimen los trabajadores.

Y que aunque fuese vetada por el Ejecutivo parece contar hoy con los votos necesarios para ser aprobada por insistencia; como ocurrió con la cuestión de la quita de códigos de descuento, lo que parece haber puesto en evidencia que a veces otras cosas se asoman detrás de la montaña levantada por la soberbia de los funcionarios.

Es inútil…cuando se obra sin prudencia y sin estrategia, cuando se desprecia la capacidad de respuesta de aquel a quien queremos avasallar, cuando no se entiende que evitar conflictos es siempre el mejor camino hacia la verdad, solo se consigue convertir todo en un combate perpetuo que además se instala muy cerca de nuestra propia costa.

Lo dicho….o Mourelle no es amante del fútbol o vio el último Mundial con Sampaoli como asesor y ladero.