Crecen los negocios privados en espacios públicos

Este año la ciudad asiste a un fenómeno que debe ser frenado y seguramente investigado: la ocupación de las cada vez más acotadas playas públicas.

A los espacios ocupados por candidatos -en todos los casos del oficialismo- se suman algunos negocios particulares de dudoso cuño sobre los que el gobierno municipal deberá dar explicaciones.

Es el turno ahora de la Playa Popular, en pleno centro de la ciudad, en el que se ha instalado una especie de balneario privado, con alquiler de sombrillas incluidas, en lo que supone un jugoso negocio en perjuicio de un público que no está en condiciones de concurrir a otro tipo de ofertas y que desde antaño tenía en ese lugar una alternativa gratuita para aprovechar.

¿Quién lo autorizó?, ¿que justificación puede esgrimirse para semejante cuestión?, ¿nos quedaremos en Mar del Plata sin espacio para el que no tenga dinero?.

Todos tomamos nota de que, más allá de estadísticas truchas y redobles mediáticos, la ciudad languidece año a año en materia turística.

Pero ocurre que nunca fuimos un «balneario exclusivo» sino más bien aquel que elegían los argentinos de todas las clases sociales. Y por tamaño, infraestructura y servicios debería seguir siendo así.

Sin embargo la apropiación de espacios públicos, ante la complicidad o indiferencia del estado, nos aleja de nuestro destino natural y nos convierte en una alternativa que no se condice con aquellas condiciones citadas.

Y esto es muy malo para Mar del Plata pero además esconde negocios personales que requieren de una urgente explicación.

Lo que podría ser bastante para una sociedad que tiene en claro que la justicia...está de vacaciones en ámbitos privados.