Cultura – El error periodístico que provocó el nacimiento de los Premios Nobel

El nacimiento de los Premios Nobel es la historia de un error periodístico y de un ataque de remordimientos. Todo comenzó a mediados del año 1888, con el fallecimiento de Ludwig Nobel, hermano mayor del químico y fabricante de armas Alfred Nobel.

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                                                               Medalla del Nobel
Un despistado periodista francés confundió a Ludwig –ingeniero de profesión– con el inventor de la dinamita, y le dedicó un obituario en el que le definió como el «Comerciante de la Muerte». A través de aquel texto, Alfred Nobel tuvo la posibilidad de conocer en vida –no es lo habitual– lo que pensaban de su legado. Según relata el libro «The secret museum» de Molly Olfield, el artículo provocó un cambió de mentalidad en el químico, que quiso cambiar su imagen antes de que fuera demasiado tarde.

Fue a partir de ese momento cuando –como también recoge «1914. El año que cambió la Historia» de Antonio López Vega– Nobel decidió reconocer «la labor realizada en algunas áreas científico-experimentales, la literatura y, también, a favor de la paz». El químico era «consciente de que debía buena parte de su riqueza a su destructivo invento» y legó gran parte de su fortuna a crear los citados premios. Uno de los párrafos del testamento establecía lo siguiente:

Testamento de Alfred Nobel

Testamento de Alfred Nobel

«Dicho interés se dividirá en cinco partes iguales, que se repartirá de la siguiente manera: una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento o el invento más importante dentro del campo de la física; una parte a la persona que haya hecho el más importante descubrimiento químico; una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento más importante dentro del dominio de la fisiología o la medicina; una parte a la persona que haya producido en el campo de la literatura la obra más destacada en una dirección ideal, y una parte a la persona que haya realizado la mayor o el mejor trabajo por la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos permanentes».

Aunque Alfred Nobel falleció a finales de 1896, la primera edición de estos premios no se celebró hasta el año 1901. Sus herederos cumplieron con la voluntad del inventor de la dinamita y, desde entonces, han mantenido vivo el prestigio de estos galardones.