En la Asamblea de Socios el clima estuvo tenso: empezó con insultos para Angelici y el resto de la CD y terminó a los sillazos. A pesar de los disturbios se aprobó la nueva concesión del Museo de la Pasión Boquense.
El Museo fue la excusa. La violencia, el móvil. Y la Asamblea de Socios, un escándalo: lo que empezó con insultos para el presidente Angelici y el resto de la Comisión Directiva terminó a los sillazos.
El clima estuvo tenso desde el comienzo. «Dirigentes, la concha de su madre, a ver si se dan cuenta que no los quiere nadie», fue uno de los primeros cánticos que se escuchó. Pero no el único: «Que se vayan todos, que no quede ni uno solo», «Angelici botón, Angelici botón, sos un…» y «el que no salta es de Huracán» también sonaron fuerte en la Bombonera.
Hasta ahí, la violencia era solamente verbal. Pero cuando la votación dio a favor de la nueva concesión, todo se desmadró. Desde el oficialismo dicen que los disturbios fueron fogoneados por las listas opositorias que están vinculadas a un determinado movimiento político y que piensan presentarse en las elecciones que se llevarán a cabo en diciembre de 2015.
