Después de muerto Nisman desarmó, limpió y guardó el arma

La pistola limpia y sin cargador y marcas de dedos ensangrentados en la puerta de la cocina, despiertan interrogantes que nadie se preocupó en resolver.¿Torpeza o encubrimiento?

Santiago Cúneo es el periodista que dio a conocer las fotos del cadáver de Alberto Nisman en las que aparecía el cargador de la pistola Bersa 22 con la que supuestamente se quitó la vida, de pertenencia de Diego Lagomarsino.

Cúneo fue quien denunció inicialmente que la pistola Bersa encontrada junto al cuerpo inerte de Alberto Nisman se encontraba sin cargador, y que el famoso cargador había sido fotografiado por los peritos forenses de la Policía Federal Argentina alejado del cuerpo de Nisman, algo incomprensible en un caso de suicidio.

Luego, documentos fotográficos extraídos del expediente judicial confirmaron, en la pantalla del canal TN así como en la de C5N que la Bersa estaba sin el cargador correspondiente, una situación muy irregular ya que es imposible que Nisman lo hubiese sacado después de muerto.

Pero en el nuevo documento que difundirá Cúneo por Canal 26 el domingo  se hace notar, entre otras cuestiones, que la Bersa 22 aparece limpia, sin manchas de sangre.

En teoría, el arma había sido encontrada debajo del cuerpo de Nisman, pero en las fotos aparece ubicada sobre una superficie de madera, sin rastros de sangre. Ni siquiera de la que pudo surgir de la cabeza de Nisman en el momento del disparo.

¿Acaso los peritos policiales limpiaron el arma para la fotografía?

Es un tema muy difícil de responder, sin entrar tan siquiera en consideraciones como que esa Bersa era apta para ubicar un silenciador, tal como puede advertirse en el caño que sobresale.

Cúneo, quien había exhibido, en base a fotografías del expediente, dónde estaba el cargador y dónde estaba ubicada Fein (el pie que se observa en una foto), se pregunta si la foto del arma sobre una superficie de madera supone que Nisman se suicidó en el baño y luego la limpió y le quitó el cargador a la Bersa, dejándola en un mueble fuera del baño: ¿¿??

Hay otra irregularidad en la escena del crimen: una huella de sangre de 3 dedos en la puerta de salida de la vivienda por la cocina, a una altura de 1.60 m.

Conclusión: o estamos frente al mayor caso de torpeza investigativa de la historia argentina, en el que la fiscal, los policías y los peritos manipularon irresponsablemente el arma, le quitaron el cargador y la limpiaron sin siquiera tener la prudencia de lavarse las manos para no dejar huellas de sangre en la puerta de la cocina o asistimos a un impúdico encubrimiento de un crimen en el que nadie tuvo la prudencia de cuidar las formas porque ya existía previamente la decisión de dejarlo impune.

¿Austed, querido lector, cuál de las dos posibilidades le parece la más lógica?.