Los seguidores del único equipo argentino que nunca descendió a la B celebraron su día en todo el país. Mar del Plata no podía se la excepción y se vistió de azul y oro.
Pasión. Color. Sentimiento. Todo eso que no podía faltarle al hincha de Boca lo tuvo en esta fiesta por el Día del Hincha de Boca, que nació el 12/12/12 como una expresión genuina de autocelebración del pueblo xeneize y llegó con la fuerza de los acontecimientos que se meten para siempre en el calendario. Y que por primera vez se realizó en una Bombonera repleta.
Con entrada libre y gratuita, a cambio de un alimento no perecedero que permitió juntar más de 1.500 kilos de comida para que muchas familias de La Boca tengan un mejor Navidad, más de 35.000 hinchas disfrutaron un show que tuvo emoción, música y colorido con música, videos y homenajes, con la conducción de Ari Paluch y Cecilia Bonelli.
Entre los grupos y artistas invitados estuvieron Juanse, Los Totora, Los Arándanos y Los Diputados y también hubo homenajes a los hinchas de todos los tiempos con ex jugadores, desfile de la murga “Los amantes de La Boca” y la orquesta xeneize de BOCA Social.
El orgullo de ser el único equipo argentino que no descendió desde su llegada a primera -hablamos de los que llevan más de un siglo como protagonistas del fútbol argentino- superó las mieles amargas de un año en el que equipos llegados del ascenso como River, San Lorenzo y tal vez Rácing hayan logrado títulos que les permiten soñar con ser alguna vez importantes el fútbol argentino.
La Bombonera, que por primera vez fue el escenario de esta celebración de la pasión xeneize, vivió un homenaje inolvidable a ese Jugador Número 12 que nació en la gira de 1925 de Boca por Europa, gira que comenzó a cimentar su prestigio internacional y a convertirlo en el club argentino más grande en el mundo.
Del mismo modo abrió el camino para que otras instituciones menores también buscaran, con dispar suerte, mezclarse en el fútbol internacional tratando de emular a Boca Juniors.
Fue la primera de un equipo argentino por el Viejo Continente y contó con la presencia de Victoriano Caffarena, un hincha que acompañó al plantel durante los 22 días de aventura y triunfos, realizando tareas de masajista, utilero y todo lo que pudo hacer para colaborar con Boca. El plantel lo bautizó como el jugador número 12 de aquel equipo y la historia lo volvió leyenda y nombre de la hinchada para siempre. Y lo festejamos todos.
