Diego Milito y Daniel Bertoni tras el poder del fútbol de Avellaneda

Por José Luis Ponsico (*)Los clubes que expresan en Avellaneda la mayor dimensión futbolera en más de cien años ingresarán a instancias preelectorales. Diego Milito y Daniel Bertoni quieren participar.

José Luis Ponsico

 

Los clubes que expresan en Avellaneda la mayor dimensión futbolera en más de cien años ingresarán a instancias preelectorales. En Racing, el segundo mandato de Víctor Blanco, presidente desde 2013 remite a diciembre de este año. Iría por otro período.

En Independiente, Hugo Moyano también reelecto estaría dejando su lugar dentro de un año. Los dos presidentes ganaron por amplio margen en elecciones precedentes: Blanco la primera con el 62% y la otra algo más de 70%.

El líder camionero en el Mundial Brasil, 2014, llegó al poder en el «rojo» y repitió con 79% de los votos hace tres años. Independiente ganaba con Ariel Holan, tras mucho tiempo ganó un título, la «Copa Sudamericana». Luego, todo cambió.

Hugo Moyano y Víctor Blanco: los hombres fuertes del fútbol en Avellaneda

Hoy, mayor margen, el empresario hotelero Víctor Blanco, tradición de la gastronomía de corrientes inmigratorias de españoles. La última con el «franquismo» fines años´ 50, Rodríguez Seoane, Aragón Cabrera y Aldrey Iglesias, entre otros influyentes.

El presidente de Racing, dueño del Hotel Savoy, notorio reconocimiento de «buen administrador», testimonio de Alfio «Coco» Basile, gloria sobreviviente de la «Academia» podría ir por otro mandato. Chance que no tuvo Santiago Saccol después del 65.

La hija Bárbara Blanco, actual «pareja» del último ídolo, Lisandro López, ocupa un cargo en la comisión directiva. «Barbie» alcanzó experiencia en la dirigencia», dice el padre con orgullo.

Diego Milito actual «mánager» mayor ídolo contemporáneo, campeón en sus comienzos -Racing ganó el Apertura 2001 Reinaldo «Mostaza» Merlo DT- y en su regreso casi 15 años más tarde, la vuelta olímpica de 2014 con Diego Cocca

Milito, 41 años, admirado por su juego -ídolo también en Zaragoza, España e Inter, Italia- con prestigio, perfil bajo, en la comisión directiva que lidera Víctor Blanco. Si se anota sería candidato del oficialismo. Naturalmente.

Diego Milito: ídolo en la cancha y construyendo poder como manager

Por el lado de Independiente el panorama es distinto. El oficialismo hoy vive un desgaste. Hugo Moyano, 76 años, con algunos problemas de salud, dejaría el cargo. Su hijo Pablo Moyano, natural sucesor, complicado en una causa judicial.

El oficialismo en el club destaca la vuelta al título cuando estuvo Ariel Holan, el estadio remozado, las obras para las inferiores en Villa Domínico, predio para las prácticas y el lugar de albergue para decenas de chicos de la zona. Promesas.

Moyano ganó con 79% de votos hace tres años, pero ahora tiene resistencia entre sectores de la hinchada. Incluso parte de la difícil platea en el «Libertadores de América». Al punto que Hugo alguna vez «perdió los estribos». Un «duro» peronista.

Un segmento de la oposición tiene a Ricardo Daniel Bertoni la figura para posible sucesor del «Clan Moyano», como dicen los ámbitos donde no tiene simpatía el grupo de notorio predicamento en el universo sindical y la CGT. «combativa».

Daniel Bertoni: heredero de la gloria deportiva…¿podrá con el poder político?

Bertoni, 65, tiene a su hijo Jair -pudo ser homenaje al futbolista brasileño del mismompuesto suyo, «campionísimo» con el Inter de Helenio Herrera, 1964-65- nada menos que en la FIFA. Cercano al «pope» Gianni Infantino. Una fuente de recursos.

Ambos celebrados como futbolistas. Bertoni, nacido en Bahía Blanca, en el 55, jugó en Quilmes Athletic Club 1972 con 17 años. Lo adquirió Independiente y tuvo un primer paso por la selección nacional con 19 años. En el 74.

Delantero, potencia y habilidad. Pegada con ambas piernas. Podría ir por las dos bandas. Campeón del mundo´ 78. Luego destacado en Sevilla, España, también en el Fiorentina, Italia. Un clásico delantero «a la europea». Fuerte personalidad.

Los dos tienen «otra vida» deportiva en el fútbol. Igual, ellos saben que la zona del dirigente suele ser más complicada que las defensas rivales. La actividad política requiere una «inteligencia» distinta.

(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión y Mundo Amateur