El espíritu panamericano se hizo presente con la emoción a flor de piel

A 20 años de los Panamericanos Mar del Plata ´95, deportistas y periodistas formaron parte de un encuentro mágico con la inevitable emotividad de un recuerdo que quedó marcado a fuego en la ciudad.

Por Florencia Cordero

Por Florencia Cordero

El panel de deportistas, protagonistas de los Panamericanos, que participó de la charla estuvo conformado por la emblemática Nora Vega (patín), Rubén Wolkowyski (básquet), Bettina Fulco (tenis) y María Julia Garisoain (remo) con la moderación del periodista Braulio García Camarena. También participó Juan Curuchet, quien contó sus sensaciones al no haber podido ser parte de los Juegos en su propia ciudad.

En un marco distendido ante un auditorio expectante en el Museo Mar, los referentes del deporte narraron sus vivencias, aparecieron los recuerdos más vívidos y no faltó la emoción.

Nora Vega rememoró aquellos momentos de concentración en la preparación de su prueba con la familia en las tribunas. «Eran una banda. Los fui a saludar y les dije que a partir de ese momento no existía nadie más», contó Nora, quien describió con la emoción a flor de piel lo que significó ese silencio irrepetible que se generó en el Patinódromo antes de largar, seguido del aliento ensordecedor que brindó el público en esos inolvidables 31 segundos.

Bettina Fulco contó que se perdió gran parte de los Juegos por tener que quedarse en recuperación por un tirón justo unos días antes de la competencia y destacó que gracias a la convivencia en los Panamericanos forjó grandes amistades con sus pares como Patricia Tarabini, Florencia Labat y Mercedes Paz, con quienes obtuvo la medalla de oro en el tenis panamericano, además del bronce en su actuación individual.

María Julia Garisoain evocó aquella tormenta que en la previa de los Juegos destruyó gran parte de los botes que estaban en la Laguna de los Padres listos para la delegación de remeros argentinos. «Creo que esa bronca de ver los botes destruidos nos dio más fuerzas y en definitiva nos trajo varias medallas», reconoció con una sonrisa.

Rubén Wolkowyski habló de la gran final del básquet con la gente que desbordaba en las gradas sentada en las escaleras del Polideportivo en el triunfo de Argentina ante Estados Unidos. «Me acuerdo que cuando subimos al podio y nos empezaron a entregar las medallas, hubo uno que subió con el hijo y le puso una medalla. Cuando le llegó el turno a Jorge Racca no había más medallas», contó el «Colo» haciendo referencia -sin nombrarlo- a la actitud del coach Guillermo Vecchio en medio de los festejos.

Un tema ineludible de los Panamericanos para los marplatenses fue la exclusión de los hermanos Curuchet, quienes injustamente no pudieron competir por problemas dirigenciales. En ese sentido, Bettina Fulco recordó que se juntaron firmas para que los Curuchet pudieran competir y Wolkowyski reconoció que ese tema se habló mucho en aquel momento con los compañeros de la selección.

Juan Curuchet estaba en la sala del Museo Mar y fue invitado a participar para narrar lo vivido. «Creo que haber quedado afuera me hizo más fuerte. Después de enterarme de que no iba a estar, salía a correr 200 kilómetros por día y me di cuenta gracias a eso que mi cuerpo podía resistir más», admitió Juan. Y agregó: «Como no competía, me vi todos los deportes y lo disfruté desde ese lugar como nunca».

El momento más emotivo llegó con las preguntas del público. Una señora que estaba junto a su marido pidió el micrófono para hablarle a Nora Vega y contarle que su participación en los Juegos la conmovió tanto que en aquel momento le escribió una carta. «Algún día me la voy a encontrar a Nora y se la voy a dar», dijo Cristina. Y ayer, 20 años después, se la entregó en mano. Nora vio el contenido de la carta con las cálidas palabras de una de los tantos marplatenses que lloraron con ella y no pudo contener la emoción. Una emoción que en realidad invadió toda la sala.

Pasó la charla plagada de recuerdos y quedó sobrevolando en el aire esa idea que ya esta en marcha. Esa ilusión de volver a vivir algo similar. Es que ya está encendida la llama de la firme intención de ser sede otra vez de los Juegos Panamericanos en el 2023. ¿Por qué no seguir soñando?