El «Kici-lombo» que rodea al gobernador y a su gestión

RedacciónLa mala praxis es una constante cerca de Axel Kicillof. Un gobierno lleno de amigos, sin antecedentes ni capacidad, hace a una gestión desastrosa con la improvisación como regla.

El gobernador llega a Mar del Plata y su equipo de prensa da a conocer un programa de actividades plagado de errores y con actividades superpuesta a las que, con mucha anticipación, había comunicado el ministro de Deportes y Turismo Matías Lammens que también está en la ciudad para reinaugurar uno de los hoteles de Chapadmalal luego de las obras llevadas adelante.

Conclusión: el ex presidente de San Lorenzo debe suspender la conferencia de prensa prevista y , con el absurdo argumento de cuestiones climáticas, quedar a la espera de que Axel Kicillof termine con lo suyo para poder retomar la agenda.

Mientras tanto el poco profesional equipo de prensa del mandatario cita a la prensa en el «Hotel El Dorá» (sic) para retirar la pulsera identificatoria que habilite seguir los pasos del buen Axel por la ciudad. Ni siquiera se tomaron el trabajo de corroborar el nombre de uno de los hoteles más tradicionales de la ciudad…

Cuentan los mentideros políticos que el principal motivo de la pelea, al parecer irreconciliable, de Kicillof con La Cámpora y con la propia Cristina se debe justamente al enojo que despierta un gobierno provincial que todo lo organiza mal y lo desarrolla peor. A los furcios reiterados del ex ministro de Economía -algo ya incorporado al folklore político pero que suele tapar los hechos concretos de su gestión- se agrega la insistencia en colocar en puestos determinantes a amigos sin antecedentes ni capacidades demostradas.

La eyección de Carlos Bianco del estratégico cargo de Jefe de Gabinete está vinculado a esto. «A quien se le ocurre colocar en ese puesto a un amigo porque la manejaba el auto durante la campaña» le dijo Máximo Kirchner a su madre el día en que ambos resolvieron desplazarlo y poner en su lugar a un experimentado Martín Insaurralde.

El término «kici-lombo» llegó para quedarse. Y parece que el propio destinatario de la pulla se dispone a hacer todo lo necesario para que sea por mucho tiempo, mientras sus kilométricos discursos solo sirven para espantar votantes, complicar cualquier intento de negociación política y «chocar» un distrito electoral en el cual se juegan todo su futuro político los herederos directos de Néstor Kirchner.

Poderoso el chiquitín…