El largo dedo de Francisco señaló su preferencia peronista

Redacción – En un mismo día Poli le pintó la cara a Macri y Milagros Sala se ufanó de una carta del Papa llena de solidaridad e insinuaciones. Demasiado como para dudar de su elección.

El cardenal Poli es Francisco en la Argentina. Dentro y fuera de la Iglesia se sabe que cada palabra suya es orientada desde el Vaticano y chequeada antes de darse a conocer.

«Sé que el momento por el que está pasando no es fácil. Me he informado de algunas cosas y comprendo su dolor y su sufrimiento. Quiero asegurarle que la acompaño con mi oración y los deseos de que todo se resuelva bien y pronto».

La carta grita a los cuatro vientos cual es el pensamiento del pontífice: Indica que se preocupó por averiguar y que está convencido de la inocencia de la líder piquetera. Y por si queda duda, espera su pronta libertad.

Y no es casual que a la misma hora en que se conocía la misiva, el primado de la Argentina le espetara a Macri en la cara «Buena parte del pueblo no se siente invitado a festejar porque carece de lo necesario para una vida digna».

Francisco jugó a favor del peronismo desde el primer día y es claro que ya no está dispuesto a disimularlo. Aunque para ello deba tomar partido por personajes que se enriquecieron obscenamente, procesados y otras yerbas.

Pero parece que eso a Jorge Bergoglio poco le importa y tal vez sienta que imposición divina debe meterse en la campaña y asegurar el retorno y la impunidad del kirchnerismo. Le abre así las puertas del templo a los mercaderes que Jesús supo echar a latigazos.

Aunque ello signifique seguir tirando católicos argentinos por la ventana.