El País – Cristina nacionalizó la deuda y le dijo a los legisladores «asuman la responsabilidad»

Cristina no pudo evitar comenzar su discurso con su habitual costumbre de dividir las aguas entre los puros (ellos), con los que comienza la historia, y los impuros (todos los otros desde Juan de Garay en adelante) que son los culpables de todo lo que ocurre en la Argentina.

Y una vez más presentó como exitosa la reestructuración de la deuda encarada primero por su marido y luego por ella, utilizando la palabra ”aceptaron”, cuando se refería a los acreedores, olvidando que en realidad tuvieron que aceptar las condiciones que impuso el país: era eso o nada.

Con forzada “ingenuidad” definió al tiempo kirchnerista como el de “el gobierno que no se había endeudado y pagaba la deuda de otros”, pasando por alto que tanto ella como su marido ocuopaban cargos públicos desde 1983 y se alternaron en los legislativos desde 1987, votando en el 100% de los casos los sucesivos endeudamientos argentinos.

En un in crescendo de lejanías con la razón, definió como “exitosa” la expropiación de REPSOL, por la que pagó U$S 6.000 ,illones cuando los españoles exigían…U$S 1.000 millones menos.

Dibujando realidades que ella sólo cree llegó por fin al meollo de la cuestión. Y ese meollo reside en el hecho de que el estado argentino, que ella representa, ha perdido todas las instancias judiciales que encaró en estrados elegidos por el propio país y que por tanto debe ahora afrontar una realidad poco habitual para la Argentina: cumplir un compromiso contraído.

Tras su estribillo, coreado cada vez por menos simpatizantes, acerca de los fondos buitres y de su insólita pretensión de que todo el ordenamiento judicial del mundo está equivocado –algo sobre lo que seguramente ha sido instruida por Oyarbide y Zaffaronni– y tras un paso de comedia poco recomendable en las actuales circunstancias en el que una persona que vive de la política y del estado, junto con su familia, desde hace más de tres décadas, y en el cual se refirió al embargo de algún dinosaurio en exposición perteneciente al estado argentino, Cristina volvió a arremeter contra el embargo dispuesto por Griessa de los fondos depositados para pagar a los bonistas.

Hasta ese momento el discurso presidencial no se apartaba ni un ápice de tanto onanismo autorreferencial que los argentinos hemos escuchado desde el momento en que nos enteramos que cada mañana debemos perder miles de millones de dólares por la mala praxis de un gobierno que durante 9 años sostuvo que su grandeza estaba en no pagar y ahora pretende que su gloria deviene…de pagar.

REPSOL, LOS BUITRES, EL CLUB DE PARÍS, LOS ESPAÑOLES DE MARSANS, y tantos otros…AGRADECIDOS DE LA “VIVEZA” DE LA SEÑORA.

Tan sólo estas cuestiones le costaron a la Argentina U$S 14.000 millones sin contar los $36.000 millones de la deuda reestructurada y los U$S 147.000 millones de los “préstamos” internos tomados por el gobierno.

En total, una deuda un 64% mayor a la existente al momento de “pagarla”…

Y en este punto apareció Crisitina en toda su magnitud de fullera provinciana: anunció que todo este paquete manoseado, cerrado por fallos judiciales, sin margen alguno de negociación y perdida toda instancia, vaya a parar al Congreso.

Un Congreso que no se anima a enfrentarla –en el que el oficialismo tiene mayoría suficiente- y que ahora asumirá vergonzosamente la responsabilidad de dictar las leyes necesarias para convertir a la Argentina en un paria internacional.

En buen romance…borrar con el codo los que se escribió con la mano, renunciando a una jurisdicción elegida y propuesta por nuestro país y a la que ahora desconocemos en franca violación a la normativa internacional.

¿Qué busca Cristina?. Es obvio….sabe que fracasó, que todo se hizo mal y que sus errores le han costado al país un dinero que no tiene.

Y simplemente busca ahora que el Congreso termine apareciendo como responsable de semejantes desmanes.

¿Puede sorprendernos?…no.

¿Debe preocuparnos?…por supuesto; la renuncia de jurisdicción y la nacionalización de la misma ahuyenta definitivamente cualquier posibilidad de inversión en el país.

¿Quiere un ejemplo?…para la inversión extranjera en Vaca Muerta el gobierno propuso –y así se resolvió- que los tribunales que intervengan en cualquier controversia sean…los de Nueva York.

Si…los mismos que repudiamos ahora.

Y se guardó para el final “la frutilla de la torta”: la posible creación de nuevos bonos, bajo legislación local, que “podrán” elegir los bonistas cuando tomen nota que los que tenían hasta ahora han pasado a ser papel pintado.

Y terminó metiendo en la bolsa a todos los bonos -aún los que quedaron fuera de los dos canjes 2005-2010- entre los que están muchos de los que su gobierno emitió para quedarse con reservas del BCRA o de la ANSES. Un verdadero «regalito» para las administraciones que vienen…

Y como siempre, su «colorín colorado» volvió a repasar los datos del maravilloso presente y el sin igual futuro que su gestión ha logrado para el país.

Aunque el único «colorín colorado» sea…que este cuento se ha acabado.