En caso de acordar con Cristina una lista única para el FpV que lo lleve primero, Scioli cedería la vice, aprobaría la fórmula provincial y dejaría gran parte de la lista de diputados nacionales, quizá con Julián Domínguez encabezándola
Amplio, el FpV muestra un generoso abanico de pretendientes a la Presidencia, de los cuales dos se sobreponen en las encuestas. Scioli y Florencio Randazzo (de ellos se trata) no son los preferidos del ultrakirchnerismo, y ser ungidos por Cristina Fernández como “el candidato” dependerá de varios factores, entre ellos, el pragmatismo o
no con el que decida la Presidenta.
El crecimiento del ministro del Interior es real, pero ni con la mejor de las proyecciones llegaría a empardar al Gobernador. De esto ya se habló en la Rosada, donde también se le advirtió a Randazzo que su caudal está en la provincia de Buenos Aires, como para conminarlo a desistir de su postura de “Presidencia o nada”.
Pese a que nunca paran del todo los tiroteos hacia la Provincia desde la galaxia ultra K, en el sciolismo lejos están de archivar la ilusión de un acuerdo global, avalado incluso por Cristina. Y en ese marco están dispuestos a ceder todos los espacios necesarios que permitan a Scioli alcanzar el bastón y la banda.
Las posibles fórmulas Scioli – Urribarri (u otro que elija Cristina) para la Presidencia y Randazzo – Bossio o Randazzo -Espinoza para la Gobernación ilusionan a los sciolistas. Parten de la lógica que “el ‘Flaco’ es el único que hoy por hoy podría empardar, e incluso vencer, a Insaurralde, y con Daniel y él como cabezas podríamos hasta ganar en primera vuelta”, se entusiasman en calle 6. Saben que no es fácil llegar a ese acuerdo.
