Dos que convierten en una payasada su acercamiento

Que si, que no, que veremos. Todos saben que están negociando, pero las especulaciones absurdas de sus líderes convierten la situación en otro esperpento que favorece al gobierno.

Reconocidas las reuniones entre el operador macrista Emilio Monzó y el líder del Frente Renovador, desde el macrismo buscaron distintas explicaciones: para unos hay negociación y para otros un acercamiento aislado.

La reunión fue la semana pasada, pero trascendió en las últimas horas. El responsable del encuentro con el massismo fue el propio ministro de Gobierno de Macri, Emilio Monzó, pero la sorpresa la dio la presencia del propio Sergio Massa, cuando algunos aguardaban interlocutores menores.
El vínculo entre ambos, sin embargo, no es nuevo. Monzó y Massa fueron compañeros de militancia en la Ucedé, en los 80, y ambos viraron al peronismo en su etapa menemista, durante la década siguiente. Y compartieron una extensa trayectoria en el PJ antes de que se ubicaran en distintos puntos de oposición al oficialismo.

El clima de la reunión fue descrito por Ámbito Financiero. Hubo cordialidad pero dos ofrecimientos inviables: el renovador quiere una interna presidencial ampliada que dinamitaría el acuerdo territorial del PRO con la UCR y la Coalición Cívica; y el macrismo le ofreció integrar a los massistas al acuerdo pero con un renunciamiento improbable del propio Massa a participar.

La reunión -o su parcial fracaso, porque al menos logró evidenciar que las encuestas obligan al Frente Renovador a recalcular horizontes- dejó su tendal de susceptibilidades en el partido del jefe de Gobierno porteño.
«Es un talibán», dijeron a minutouno.com referentes del PRO que buscaron morigerar los efectos de un intento de neto corte peronista: acorralar primero y fagocitar, luego, al más pequeño.
Otros reconocieron que hubo intentos de acercar las partes con aval de la máxima plana aprtidaria, pero que no hay chances de lograr eso que ahora Massa pide: una interna de todos.
Un ejemplo lo explica: mientras que en Buenos Aires los operadores partidarios del macrismo respondían las consultas sobre reuniones secretas, Macri se paseaba con Morales, un ex aliado del Frente Renovador en Jujuy. Y allí estaba el precandidato radical, Ernesto Sanz, que tuvo que caminar sobre el fuego de Gualeguaychú para calmar a las fieras y encolumnarlas en ese acuerdo PRO-UCR que la llegada de Massa dinamitaría. No lo permitirá, dicen en su entorno.
Por otra parte, el quinto punto del acuerdo del radicalismo habilita a que Morales -y otros candidatos locales como José Cano, en Tucumán- lleven, de todos modos, la figura de Massa a la vez que la de Macri, por lo que el radicalismo no tendría intenciones de avalar un giro de 180 grados.
Los precandidatos siguen de gira: Macri (con Monzó) en Jujuy, Sanz en Córdoba y Carrió en los medios. Y en Buenos Aires arden los teléfonos.