El de Mataderos sigue siendo temible cuando sale de casa. Con una muy buena actuación colectiva, Alvarado consiguió a poco del final un premio que mereció a lo largo de todo el partido.
Porque, dentro de un trámite parejo, el “torito” siempre fue el que tomó la iniciativa y el que mostró querer quedarse con el triunfo en el estadio “Rancho Grande” de Santa Rosa. Con un hombre más durante 45’, el conjunto de Duilio Botella no pudo marcar la diferencia, pero cuando estaban con 10 por bando, llegaron los goles de Molina y Pennisi para el triunfo por 2 a 0 sobre Belgrano, por la 13ª fecha de la Zona 1 del Torneo Federal A. Triunfazo lejos de Mar del Plata, para demostrar nuevamente que le sienta cómodo llegar como punto, meterse de lleno en la lucha por la clasificación y llegar al cuarto partido sin conocer la derrota.
El comienzo del partido fue parejo, con el local buscando tomar el protagonismo, pero Alvarado bien parado, sin pasar sobresaltos y tratando de lastimar en velocidad. Si bien Belgrano tenía la pelota, las primeras ocasiones llegaron para el “torito”, con un tiro libre de Emanuel González que se perdió muy cerca y una buena aparición por sorpresa de Laureano Tello, que no alcanzó a conectar ante la vuelta desesperada de Priotti que mandó al córner. El jugador que hizo inferiores en Banfield era el que le daba fútbol al conjunto de Botella de mitad de cancha en adelante, pero le faltaba el último toque para poder poner a un delantero de cara al gol.
El trámite era equilibrado, pero era más punzante Alvarado. Castillo robó una pelota en campo rival y buscó a Ricardo Sendra, que no pudo aprovechar el error en el despeje de Cansina para poder definir. Belgrano no atacaba mucho, pero generó varias pelotas paradas en campo de Alvarado, que en una cancha tan chica significaba meterse bien cerca del área de Pucheta, pero tanto Ramiro Jorge como Manuel Madrid se encargaron de desactivar por la vía aérea. Al equipo marplatense le faltaba la puntada final, llegó por los costados, y Molina tampoco pudo terminar bien un buen avance por ese sector.
El árbitro Esteban Nasier mostró personalidad a los 24’, cuando Luis Guiñazú le cometió una fuerte infracción a Mauro Castro, y en vez de “arreglar” con una amarilla, lo mandó a las duchas y aclaró el panorama para la visita. El “torito” no se apuraba y sabía que tenía que aguantar ese primer tiempo, donde la principal arma que tenía Belgrano eran las pelotas paradas, donde el viento a favor hacía su partido. El juego era aburrido y sin ocasiones en ninguno de los dos arcos, pero con Alvarado con mayor vocación ofensiva y ganas de quedarse con los tres puntos. Antes del final de la etapa, se retiró lesionado Emanuel González (de buen primer tiempo) y lo reemplazó Brian Cortadi, dando una clara muestra Botella de que en el complemento iría por los tres puntos.
Lo que insinuó el entrenador desde el banco, lo salió a plantear el equipo a la vuelta del vestuario. Mucha presión y ataque rápido para tratar de sacar la diferencia. Belgrano se paró más cerca de su arquero y paró un batallón para impedir que los hombres de ataque marplatenses pudieran recibir juego. Entonces, Damián Luengo probó con un buen remate desde afuera del área que se perdió apenas arriba. Era todo de Alvarado, que inclinaba la cancha, pero no se podía descuidar, porque el local esperaba la oportunidad para salir rápido de contra.
El equipo de Botella merecía el primero, pero cuando no le costaba llegar, no ligaba. Fabián Castillo metió un disparo bárbaro que reventó el travesaño de Urigüen y no pudo aprovechar el rebote. El arquero local empezó a tener mucho trabajo, mostró seguridad en los envíos largos y ahogó el grito de Corti metiendo un cachetazo al córner. El “Laucha” Carrizo reemplazó a Tello y trató de aportarle más frescura por la banda, a un equipo que se llevaba por delante a Belgrano.
Sebastián Corti y Mauro Castro jugaban casi de extremos, eran opción permanente de ataque y las bandas eran la vía más clara para llegar del conjunto marplatense. Pero la falta de precisión en los últimos metros le impedía abrir el marcador y los minutos se iban. Como llegaba por afuera, Botella mandó a Pennisi para ver si el goleador hacía valer todo su olfato. Pero Mauro Castro se fue expulsado en la jugada siguiente y la ventaja ya no era tal para Alvarado, que no tenía cambios para rearmar la defensa y tenía muchos jugadores con vocación ofensiva.
Entonces, el juego se hizo más abierto, porque el local se dio cuenta que ahora podía ir por el triunfo. Y por centímetros no alcanzó a conectar la pelota Romero, cuando transcurrían los 30’ del complemento. Pero el “torito” no se quedaba atrás y también buscaba la victoria y tuvo una ocasión clarísima con Luengo, que recibió de frente al arco y su remate se fue apenas desviado sobre el caño derecho.
El que más buscó en toda la tarde, recibió su premio a los 34’. Francisco Molina se hizo cargo de un tiro libre, mostró su gran pegada y el viento hizo la otra parte, la pelota se le empezó a cerrar a Urigüen y cuando se quiso acordar la tenía en el fondo del arco. El “torito” tenía que aguantar hasta el final porque eran tres puntos de oro, y Belgrano se dio cuenta que se quedaba con las manos vacías y se fue con todo. Empezó a generar pelotas paradas cerca del área y, a lo Alvarado, había que sufrir. Pucheta, los centrales, hasta Pennisi, se encargaron de sacar todo lo que caía por arriba. De contra, tuvo oportunidades de liquidarlo pero no las terminó bien y otra vez a defender.
El conjunto marplatense mostró personalidad para aguantar el partido y, en el cierre, lo sentenció con uno que se lo merecía como nadie. Hace 7 días, volvió después de una larga recuperación de siete meses por una lesión en el tobillo y hoy tuvo la chance de sellar el triunfo ante Belgrano: Emanuel Pennisi. El goleador sacó a relucir su olfato, aprovechó una asistencia de Castillo y marcó el 2 a 0 definitivo, para volver a Mar del Plata con tres puntos de oro en el bolso y meterse de lleno en la lucha por la clasificación. Ahora tiene que ratificar todo lo hecho afuera en casa.
Sebastián Lisiecki