El Tula es parte del folklore peronista que va muriendo

Un militante peronista logra cumplir un sueño, llegar a las Islas Malvinas con la bandera del Partido Justicialista. Se trata del Tula, quien cumplió con la promesa que le realizó al General

Esta historia comienza el 26 de julio del año 1973 en la casa de Gaspar Campos, cuando nadie hablaba de las Islas Malvinas como una causa nacional.

Allí, Carlos Pascual Tula (El Tula, nombre que entre los peronistas no necesita mucha presentación); le prometió al General Juan Domingo Perón (que aun no era presidente), según cuenta la historia, que un día esa bandera que terminaba de firmar, estaría hondeando en el pabellón nacional de las islas Malvinas, como parte de una «Declaración Irrenunciable de Derecho Territorial.

descargaFue así que el Tula recorrió las 23 provincias de la argentina para que cada gobernador firmara esa bandera. Según cuenta un allegado, lo hizo a pie con solo una mochila y su hoy legendario Bombo.

Pero su sueño se frustró al poco tiempo, ya que nunca pudo conseguir el salvo conducto que entregaba la Cancillería Argentina para viajar a las islas Malvinas.

Aun cuando en un acto clásico de peronista comprometido, se paró frente a las hélices del avión a tocar su Bombo para que este no despegara; acción que lamentablemente ocurrió, dejando en tierra al Tula y frustrando la última esperanza de ir a las islas Malvinas; comentó la fuente.

Pero las cosas iban a cambiar. A mediados de febrero del 2015 el Tula, a más de cuarenta años de aquella promesa , comenzó a cumplir con la palabra empeñada.

El hombre que durante décadas recorrió la argentina incansablemente con la causa Malvinas y que buscó el merecido reconocimiento, no solo a los soldados, sino a todos los militares que pusieron su vida a la defensa de las islas Malvinas; tras cuarenta años, sacó la bandera y comenzó su viaje a las islas Malvinas.

Fabio Fernández, de la Agrupación Peronistas Católico, relata que cuando le preguntó al Tula que sintió al estar allí en Malvinas cumpliendo con la palabra empeñada; este respondió que «las emociones que esperaba encontrar, estaban allí tal cual, las mismas que imaginé durante cuatro décadas».

«Lo fuerte fue al volver a su casa y ver el cuadro que contuvo la bandera durante esas décadas, vacío sin sentido. Esa fue la emoción más fuerte porque sentí que no defraudé al general PERON, y cumplí con mi palabra» finalizó el histórico peronista.