El FdT celebra un año de su triunfo buscando equilibrio

Acorralado por una pandemia que frenó la economía y cambió el humor popular y sin haber podido ajustar aún la tarea de gobierno, el FdT recuerda una jornada en la que todo fue entusiasmo y fe.

 

El Frente de Todos (FdT) -la coalición electoral que nuclea al Partido Justicialista, Unidad Ciudadana, el Frente Renovador y espacios progresistas- cumple este martes su primer aniversario desde la victoria en las elecciones generales que llevó a la presidencia de la Nación a Alberto Fernández, acompañado por Cristina Fernández de Kirchner, binomio que logró el 48,24 por ciento de los votos.

«Volvimos», era la consigna que aquel domingo de octubre dominaba los mensajes de los dirigentes y militantes del FdT que celebraban no solo el triunfo en las urnas, sino haber logrado la tan declamada unidad del peronismo y otros partidos del campo popular y así haber vencido a Juntos por el Cambio, la alianza entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, que buscaba la reelección de Mauricio Macri.

Casi 13 millones de votos cosechó el FdT logrando el triunfo en primera vuelta, lo que significó el cumplimiento del objetivo principal de los armadores del FdT: ganarle al macrismo que gobernaba la Nación y la provincia de Buenos Aires, un distrito fundamental para ganar las elecciones porque representa más del 40 por ciento del padrón a nivel nacional.

Con la aceptación de la derrota de Macri pasadas las 22, el búnker emplazado en el Complejo Cultural C, ubicado en el barrio porteño de Chacarita, estalló de alegría y minutos después aparecieron en el escenario los principales referentes: Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Massa, Malena Galmarini, Máximo Kirchner, Eduardo De Pedro, Axel Kicillof y Verónica Magario, entre otros.

En plena euforia por la victoria, el entonces presidente electo aclaró: «Sepan que la victoria no es solo nuestra sino de todos porque el Frente de Todos nació para incluir a todos los argentinos».

La construcción del Frente de Todos, que concluyó con la victoria en primera vuelta y la vuelta al poder del peronismo, no fue un camino fácil ni rápido, sino que tuvo varios pasos, muchas contramarchas y peligró en varias oportunidades, pero tuvo un hecho que es considerado por muchos dirigentes políticos oficialistas y opositores como «una jugada política estratégica» que definió la elección.

Esa movida de ajedrez en el tablero político nacional fue la decisión de Cristina Kirchner de no competir por la presidencia y elegir a Alberto Fernández, quien había sido el jefe de Gabinete durante la gestión de Néstor Kirchner y, tras un período de distanciamiento, se había producido un acercamiento y la recomposición del vínculo entre ambos.

Un año después, empujado por la pandemia a una emergencia sanitaria y económica, el liderazgo de la ex presidente parece tomar el centro de la escena para intentar consolidar una gestión que no ha podido desarrollarse con libertad pero comienza a dar señales de desorientación y enfrentamientos internos.

Y muchos adentro del gobierno se preguntan cuando será el momento de comenzar la verdadera gestión.