El cáncer, una de las enfermedades modernas que más preocupan a la sociedad actual, puede ser más o menos mortal dependiendo de dónde viva quien lo padece.
Esta conclusión que a priori puede parecer lógica se ha convertido ahora en una evidencia científica, ya que ha sido minuciosamente desarrollada por la revista The Lancet en el que a fecha de hoy es el análisis más profundo sobre este tema.
El estudio recopila datos de 25 millones de pacientes diagnosticados de cáncer que viven en 67 países distintos -abarcando dos tercios de la población mundial- para analizar cuál es la supervivencia a cinco años en 10 de los cánceres más comunes, que a su vez suponen el 63% de los enfermos de esta patología: cáncer de estómago, colon, recto, hígado, pulmón, mama, cuello de útero, ovarios, próstata y leucemia.
El estudio, en el que han participado casi 500 investigadores, examina los datos de supervivencia entre los años 1995 y 2009, para llegar a la conclusión de que existen «diferencias extremadamente amplias entre distintos países». La más fuerte de todas se da en los niños con leucemia linfoblástica aguda -el cáncer infantil más común-, donde en países como Jordania, Lesoto, Túnez, Indonesia o Mongolia existe una supervivencia que oscila entre el 16 y el 50%, mientras que en Canadá, Austria, Bélgica, Alemania o Noruega la cifra asciende al 90%.
Los cánceres de hígado y pulmón son los que tienen peor pronóstico entre todos los analizados: en ambos, la supervivencia no llega al 20%, independientemente de que el paciente viva en un país desarrollado o en uno en vías de desarrollo. Los investigadores apuntan a que una de las claves que explicaría esto es que la mayoría de los pacientes siguen esperando demasiado para ir al médico, lo que disminuye la efectividad del tratamiento.
No obstante, el diagnóstico precoz sí está ayudando a que aumente la supervivencia a cinco años en los cánceres colorectales, siendo Islandia el país europeo que mejores porcentajes maneja. También ha contribuido a las buenas cifras la mejora en los tratamientos, destacando el aumento de la radioterapia preoperatoria y la escisión total del mesorrecto.
Igualmente, hay buenas noticias para las mujeres que padecen cáncer de mama: en los años analizados, la supervivencia por esta enfermedad también aumenta, situándose por encima del 85% en Estados Unidos, Francia o Finlandia, mientras que en Mongolia se dan las peores cifras.
El sudeste asiático es la zona del planeta que registra mejores datos relativos al cáncer de estómago, lo que en opinión de los autores se debería al énfasis en el diagnóstico y la mejora de los tratamientos. Con el cáncer de cuello de útero y el de ovarios se vuelven a dar estas diferencias: mientras que en Taiwan o Noruega la supervivencia es del 70%, en Libia la cifra se sitúa en el 40%. Entre medias, el Reino Unido cuenta con una supervivencia del 60%. Los datos reflejan que los avances conseguidos en los últimos 15 años en estas dos patologías han sido «leves».
«Este estudio demuestra que el cáncer es más letal en unos países que en otros, y estas diferencias tan dramáticas no deberían existir en pleno siglo XXI», ha señalado Claudia Allemani, autora principal del estudio y profesora de Epidemiología del Cáncer en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Allemani ha añadido que la gran mayoría de las diferencias en la supervivencia frente al cáncer se debe a «factores que se pueden cambiar, como la disponibilidad y la calidad del diagnóstico y el tratamiento».