¿Es la crisis en Nagorno-Karabaj el tercer genocidio armenio?

Redacción – El primero fue en 1915 aún no reconocido por los turcos, el segundo en Sumgait y otras ciudades azerbaiyanas. ¿Intenta el presidente Erdogan un nuevo exterminio lavándose las manos?.

Desde el pasado 27 de septiembre, la tensión es máxima entre Armenia y Azerbaiyán por el control del enclave de Nagorno-Karabaj, territorio por el que llevan más de un siglo disputando estas dos antiguas repúblicas soviéticas surgidas de la disolución de dos históricos imperios, el otomano y el ruso.

Un conflicto en el que también tiene mucha importancia el peligroso factor étnico y religioso, siendo mayoritariamente cristianos los armenios y musulmana la población azerí. En este sentido, resulta clave Nagorno-Karabaj, el punto fronterizo entre ambas naciones y que, situado en territorio de Azerbaiyán, está marcado por su realidad social: el 90% de su población es armenia.

Ni siquiera ha sido efectivo el acuerdo alcanzado en Moscú para fijar una tregua humanitaria que suspendiera los numerosos ataques de estas semanas y que han dejado varias decenas de muertos. Suscrito gracias a la mediación de Rusia y ratificado por los ministros de Exteriores de ambos países, la realidad es que no se ha llegado a cumplir en ningún momento por parte de ambas autoridades, registrándose diversas violaciones del alto el fuego.

En declaraciones a EFE, el arzobispo de Karabaj, Parguev Martirosián, denunció que los azeríes “atacan nuestros valores espirituales”, lamentando que, en cambio, “nosotros no combatimos con las mezquitas [que hay en su territorio]. No tenemos ningún problema con gente de otras confesiones y nunca lo hemos tenido”.

«El corazón de este conflicto –profundizó– radica en la defensa de los derechos más elementales del hombre. La gente que vivía en el Karabaj soviético no podía ejercer sus derechos más básicos. Y levantaron sus voces. Sí, somos armenios, queremos conocer nuestra historia, queremos que se abran nuestras iglesias”, profundizó, y agregó: “Es que durante sesenta años, los azerbaiyanos prohibieron que funcionaran los templos armenios”.

Yendo más allá, dio a entender que detrás de esta acción contra la catedral se encuentra el propio Estado Islámico y que este está apoyado en la sombra por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien estaría favoreciendo el paso de sus militantes desde Siria.

“Este –señaló el arzobispo– es el tercer intento de genocidio. El primero fue en 1915, el segundo en Sumgait y otras ciudades azerbaiyanas. Ahora estamos ante el tercero”.

El genocidio cometido por el gobierno de los Jóvenes Turcos contra el pueblo armenio (de 1915 a 1918), consistió en el extermino de un millón y medio de personas que vivían en el Imperio otomano.

Más acá en el tiempo, entre el 27 y el 29 de febrero de 1988 Sumgait, una importante ciudad industrial de la entonces R. S. S. de Azerbaiyán, fue asolada por turbas fanatizadas que se agruparon y atacaron a los habitantes armenios, sin distinción de sexo o edad, en las calles y en sus viviendas. Centenares de personas fueron asesinadas tras haber sido golpeadas con armas improvisadas, torturadas y quemadas vivas. En el caso de mujeres y niñas, se produjeron violaciones. A la lista de atrocidades deben sumarse los cientos de heridos, muchos de los cuales quedarían discapacitados de por vida, y los destrozos y saqueos de las propiedades de los armenios residentes en la ciudad. Durante tres días, las autoridades azerbaiyanas instigarían y apoyarían estas vejaciones, y luego garantizarían la impunidad hasta nuestros días.

Ahora, otra vez con los azeríes como brazo ejecutor, Turquía parece querer insistir con el viejo anhelo de exterminar a la comunidad armenia pese a que el mundo entero ha reconocido los hechos de 1915 como un genocidio y los ojos de la humanidad se posan inquisidores sobre el criminal comportamiento de sus autoridades.

Solo que en todos los países de la tierra parece no existir la voluntad de esconder con su silencio este nuevo atropello humanitario y las protestas se multiplican por doquier.

Fuente: Agencias Internacionales