En el país del norte no comprenden las constantes críticas del Papa al sistema capitalista. Su próxima visita se convierte así en un impactante desafío al que parece concurrir con entusiasmo.
La popularidad del Papa Francisco en EEUU se ha reducido casi un 20% en el último año, pasando de un 76% de opiniones favorables en 2014 a un 59% en 2015, a dos meses de su visita al país, según datos de la encuesta realizada por la empresa Gallup.
Por otro lado, las opiniones desfavorables de los ciudadanos estadounidenses se sitúan en el 16%, mientras que los que no tienen una opinión acerca del Papa alcanzan el 25%.
De esta forma, la popularidad del Pontífice en EE.UU. ha retrocedido a los niveles en que se encontraba cuando fue elegido Papa en marzo de 2013. Este apoyo aumentó en febrero de 2014, después de que la revista estadounidense Time le eligiera como la persona del año.
En el viaje de regreso a Roma tras su último viaje a América Latina, el Papa se comprometió a estudiar las críticas provenientes de EEUU ante sus reflexiones sobre el sistema económico que impone la ganancia a cualquier precio.
«He escuchado que se han hecho algunas críticas en Estados Unidos. No las he leído ni he tenido tiempo para leerlas. Cada crítica debe ser estudiada y hacer diálogo», comentó el Papa, al tiempo que aseguró que en septiembre iría a EE.UU.
Las definiciones de Francisco que encendieron alarmas en la meca del capitalismo pueden sintetizarse en la siguientes:
Tierra, techo y trabajo son «derechos sagrados»
Todas las personas tienen el derecho otorgado por Dios a un trabajo, a la posesión de tierra y a una vivienda, según la probablemente más audaz declaración del papa Francisco.
La gente, y no el beneficio, debe ser el foco de la economía global
Tildando el capitalismo no controlado como «dictadura sutil» y «estiércol del diablo», Francisco sostiene que cuando gobierna «la ambición desenfrenada de dinero», el «servicio para el bien común queda relegado».
«Digamos ‘¡No!’ a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye a la Madre Tierra», insta el papa Francisco.
Miles de millones ya no pueden esperar más los cambios
Refiriéndose a las injusticias económicas el papa dijo que «el tiempo parece que se estuviera agotando; no alcanzó el pelearnos entre nosotros, sino que hasta nos ensañamos con nuestra casa».
El papa moviliza a la gente: «digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras».
El cambio empieza desde abajo
El papa subraya que los cambios estructurales no llegan «porque se impuso tal o cual opción política».
Los cambios desde abajo funcionan, dijo, porque vivir «cada día, empapados, en el nudo de la tormenta humana» conmueve y mueve.
Obligación moral, un mandamiento
«La distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía. Es un deber moral. Para los cristianos, la carga es aún más fuerte: es un mandamiento. Se trata de devolverles a los pobres y a los pueblos lo que les pertenece», recuerda Francisco.