Gobierno local: doble mensaje y sueldos millonarios

Por Adrián Freijo – El listado conocido hoy pone en evidencia el tenor de las retribuciones que Carlos Arroyo y su equipo reciben por ¿gobernar? el partido. La doble vara con la que se juzga todo.

La revista La Tecla, un medio platense que hace pocos meses abrió sus oficinas locales a metros del Palacio Municipal, publica en su edición de hoy el listado de los salarios que cobran el intendente municipal y los funcionarios de su gabinete. Del mismo se concluye que el variopinto grupo de integrantes del cambiante gabinete de Carlos Fernando Arroyo le cuesta a los contribuyentes la nada despreciable cantidad de $ 4.553.460 por mes.

Mucho más de lo que según el Secretario de Economía y Hacienda Hernán Mourelle le habría representado al erario público la mala liquidación de los salarios de los docentes municipales, error en el que es bueno recordar incurrió la administración central -incluidos  los dos años y medio del actual gobierno- y no los educadores.

Y por cierto muchísimo más que los escuetos $ 60.000 mensuales que le representaría al presupuesto público la totalidad del reencasillamiento del personal del HCD, algo a lo que caprichosamente y en nombre del ahorro público rechazan el jefe comunal y su vehemente escudero.

Observe el lector el listado de marras y luego, si es que hiciese falta, sacaremos algunas conclusiones inevitables:

No somos de los que creemos que los funcionarios públicos deben ser patriotas desinteresados que trabajen gratis o por monedas. Antes bien pensamos que quien tiene la delicada misión de administrar los bienes comunes debe ser retribuido de forma tal que su paso por la función pública no le represente desmedro alguno en su calidad de vida.

Es decir que no se empobrezca y, claro está, no se enriquezca.

Y aquí podemos ya extraer la primera conclusión: salvo pocos casos entre los funcionarios del listado, la gran mayoría de los integrantes del «mejor equipo de toda la historia de Mar del Plata» están hoy ganando mucho más de lo que lo hacían en la actividad privada. Es decir…su paso por la administración no solo no los hará más pobres sino que, al menos por un tiempo, serán más ricos.

Parece entonces que la austeridad pregonada por Zorro Uno y su constante alusión al cuidado de los dineros ciudadanos se agota cuando se trata de aplicar la misma vara a los integrantes de su propio gobierno. Un doble discurso que lamentablemente ya es parte integral de la actividad política argentina. Y que en Mar del Plata no es la excepción…

Pero hay un agravante, no menor, para estas distintas varas con la que los poderosos suelen medir la realidad. Y es que si en cualquier empresa privada -de esas que han sufrido hasta un 700% de aumento en las tasas que deben pagar al municipio, en el peor momento de recesión que se recuerde en décadas- el resultado logrado por sus gerentes es de quebranto y pérdida de calidad en las prestaciones, no será seguramente el premio un aumento de salarios que los coloque a la altura de los CEO más importantes del mercado.

Y sin embargo «los conductores» de un municipio que no arregla las calles, no controla la higiene urbana, no puede ordenar el transporte público ni el privado, ni el estacionamiento, ni las playas, ni la venta ambulante, ni los espacios públicos, ni la marginalidad callejera…ni nada, ganan salarios de Primer Mundo que en nada se parecen a las escuálidas remuneraciones del 85% de los argentinos. ¿Tiene alguna lógica que nuestros funcionarios engrosen sus bolsillos como grandes ejecutivos cuando nos devuelven la ciudad degradada en que se ha convertido Mar del Plata?.

Y mientras esto pasa, los beneficiarios de semejante dislate gustan repetir pomposas frases hechas acerca del sacrificio que hacen para cuidar el erario local y el propio intendente se llena la boca denunciando que las anteriores administraciones no manejaban responsablemente la plata de todos, CUARENTA «ELEGIDOS» QUE INTEGRAN ESTE LISTADO DISFRUTAN UN BIENESTAR VEDADO PARA LA MAYORÍA.

Pero cuidado que esto no termina aquí: a cada uno de estos «exitosos administradores de lo nuestro» debemos agregarle secretarias, asesores, choferes y todo tipo de amanuenses que también pagamos todos nosotros.

«Voy a gobernar con solo cinco funcionarios políticos» prometía Carlos Arroyo en aquella campaña electoral en la que ni siquiera nos quería contar cual era «su exitoso plan secreto» para Mar del Plata y Batán.

Ni eso pudo cumplir…