David Cameron, el premier inglés, ha reunido a primera hora de esta mañana al Gabinete de Emergencia Cobra, ante la crisis que ha abierto la amenaza que pesa sobre el rehén británico David Cawthorne Haines, escocés de 44 años.
El ministro de Exteriores, Philip Hammond, ha explicado que en la reunión se valoró una posible operación de rescate a cargo de los SAS, las fuerzas especiales.
«No estamos intimidados y cada opción de rescate será considerada». También se ha comenzado a sopesar la posibilidad de sumarse a los ataques aéreos de Estados Unidos. En el mes de agosto, la aviación estadounidense lanzó 110 operaciones contra el Estado Islámico, sobre todo para dar cobertura a las fuerzas kurdas, la única alternativa sólida sobre el terreno ante el avance de los yihadistas, que siembran el terror con sus prácticas genocidas. Cameron y el dubitativo Obama, que no acaba de fijar una línea de actuación clara y efectiva, se verán mañana en Gales, en la cumbre de la OTAN.
Sumarse a los bombardeos intensificará, todavía más, la posibilidad de un ataque terrorista en suelo británico. Pero es un riesgo que el Gobierno podría asumir. Jack Straw, que fue ministro con Blair durante la segunda Guerra de Irak,, da por hecho que Reino Unido dará el paso: «Mi instinto me dice que estaremos en los bombardeos».
A diferencia de la mayoría de sus socios europeos, entre ellos España, los británicos llevan a rajatabla una política de no pagar rescates ni negociar con los terroristas, pues consideran que a la larga pagar solo sirve para darles más medios y para incentivar la industria de los secuestros. De hecho, junto aHainesfueron capturadas más personas. Pero un danés, un italiano y cuatro franceses salieron libres después de que sus gobiernos pagasen casi seis millones de euros de rescate por cada uno. Reino Unido ha pedido a los países del G8 y el GB 20 que no colaboren dando dinero a cambio de los rehenes.