Haceme caso… comprate una vida

Entre la impudicia embrutecedora de la TV y la irresponsabilidad exhibicionista de la redes sociales, todos vivimos espiando la vida del otro y haciendo de la nuestra  una telenovela ajena y aburrida.

Los futboleros saben más de las histerias de Pagani o los berrinches de Víctor Hugo que de los fundamentos técnicos -o la carencia de ellos- de los jugadores. Ya no discutimos sobre la esencia de ese deporte o los fundamentos técnicos de equipos y protagonistas; ahora nos centramos en una mezcla de frivolidad, supuestos, vida privada y amores/odios que nos acercan más a la definición de chusmas que de espectadores.

En nuestras casas se discute si Donato De Santis, Cocineros Argentinos o Morfi, mientras se busca el teléfono de un delivery para pedir una pizza a las apuradas o un plato de dudosa procedencia que nos saque del problema. No somos gourmets, ni nos acercamos aun chef...pero «sabemos» de comida y cocineros como verdaderos expertos.

Sabemos de la vida íntima de Pampita, Susana o Fede Bal más que ellos mismos. Nunca los vimos, desconocemos donde viven…pero podemos opinar y calificarlos con la misma solidez que si despertaran todas las mañanas junto a nosotros.

El presidente se convirtió en Mauricio, su antecesora es Cristina, Menem es Carlitos, Ginóbili es Manu, Messi es Lío; todos sabemos lo que Tévez tiene que hacer con una oferta de U$S 40 millones de dólares por un año, sin ponernos a pensar hasta donde dudaríamos nosotros en aceptarla (si es que a algún tarado se le ocurriese ofrecernos ese dinero por lo que realmente hacemos), el Papa (bah…Francisco por ahora, ya será Pancho más adelante) a nuestro juicio habla sin pensar y Tinelli (bueno, Marce) es un tarado que no entiende nada.

Podríamos seguir hasta el infinito. Todo nos es familiar, cotidiano. Nosotros somos uno de ellos (deportistas, millonarios, presidentes, artistas,reyes, Papas) y eso nos permite conocerlos, tutearlos…y putearlos. Y guay que se les ocurra desmentir algo que supimos ver en televisión o leer en las redes sociales. Habrase visto…

Tal vez, solo tal vez, se acerque el momento en el que debamos dejar de vivir vidas ajenas y concentrarnos en la nuestra.

O como dicen los chicos…comprarnos una.