«Hundan a Boca» es el objetivo que el gobierno ordenó cumplir

Todo lo vinculado a Macri debe ser destruido. A pesar de haber cumplido con todas las obras Boca deberá seguir jugando sin público. En el Colegio de Árbitros dicen que la orden es terminante.

«Si no cobramos en contra de Boca nos amenazan con bajarnos de categoría. Y los internacionales estamos peor; o cumplimos con la orden o se nos condena al ostracismo«. Esto afirmaba hace pocas horas un árbitro que no hace tanto representó a la Argentina a nivel mundial.

La orden que baja de la conducción de la AFA, según dicen los máximos dirigentes del fútbol nacional, fue transmitida por quien representa a Anibal Fernández en el organismo, es decir Luis Meizsner. Aunque el dirigente quilmeño diga por estas horas que «no tengo nada que ver y sólo cumplo órdenes».

En la AFA ya nadie se atreve a dudar que los hechos ocurridos durante el partido de vuelta de la Copa Libertadores con River «fueron ordenados por el gobierno». El protagonista de la acción – el tristemente célebre «Panadero» Napolitano lo afirmó en su comparencia judicial y por eso lo dejaron volverse a su casa tras una insolitamente corta declaración- amenaza por estas horas con contar todos los entretelones si no se le asegura una tranquilidad que aparece a todas luces imposible.

Una renuncia inoportuna

Fue el propio Macri quien le ordenó a Daniel Angelici que renunciara a su lugar en la conducción de la entidad madre del fútbol nacional. Creyó entonces que se desencadenaría una crisis en el organismo debido a que son muchas las instituciones que han padecido estas maniobras persecutorias.

Pero el jefe de gobierno porteño una vez más….se equivocó. Nadie lo acompañó en la jugada y fue River el que se benefició con el ascenso de D’Onofrio a los primeros planos, a punto tal de ser el representante argentino en el escandaloso congreso de la FIFA. Un pecado de ingenuidad de quien los comete con demasiada habitualidad.

A seguir jugando en soledad

En un comunicado que se difundió en las últimas horas, el Comité de Seguridad especifica las razones por las cuales tomó decisión, con «las deficiencias advertidas en reiteradas oportunidades en la organización de espectáculos futbolísticos» como argumento.

En tal sentido, y si bien se han realizado obras en la tribuna desde donde fue lanzado el gas tóxico que perjudicó a los jugadores de River en el último Superclásico, el próximo 5 de junio se realizará una inspección ocular en el estadio aunque, salvo una decisión de último momento, la imposibilidad de recibir hinchas el próximo domingo es una certeza.

Es a todas luces absurdo. En un país en el que en los últimos fines de semana diversos jugadores han perdido hasta la vida por el lamentable estado de los escenarios o por la inexistencia de controles serios de salud, pretender que Boca no puede organizar un acontecimiento deportivo es un verdadero disparate.

Las obras que cubren la zona de los acontecimientos sucedidos durante el partido con River fueron realizadas. Aunque en el club de la ribera sigan diciendo, no sin razón, que los disturbios se produjeron porque la Policía federal -casualmente dependiente del gobierno nacional- sacó sus efectivos del lugar minutos antes de la aparición del «Panadero» y los suyos.

Sin embargo Boca deberá continuar jugando sin público y es muy probable que también padeciendo arbitrajes que lo perjudiquen ostensiblemente.

Porque la orden del gobierno es «Hundan a Boca» y eso nadie lo discute.