Julio Santella, honra al deporte marplatense en una nota imperdible de La Nación

El mensaje llegó tres o cuatro días antes. «El sábado va la nota a Julio Santella. Estuve dos horas con él en su casa. Con la humildad y sencillez de los grandes», escribió el colega Diego Borinsky.

José L. Ponsico

Por José Luis Ponsico (*) Especial para Libre Expresión

El autor de estas líneas, a las 9 de la mañana, estaba agradeciendo al colega ex «El Gráfico», que está considerado uno de los mejores entrevistadores del periodismo deportivo vernáculo. Lectura impostergable.

Lo que sigue, previa autorización del autor, es una síntesis del testimonio -poco frecuente- de las cuatro páginas del suplemento deportivo del diario fundado por Bartolomé Mitre, en 1870. Santella honra a Mar del Plata.

Julio, para los jóvenes que no lo vieron jugar, se destacó en Unión, club pujante del barrio «Estación Vieja», Ferrocarril, hoy la moderna Ferroautomotora.

Los ´60. Santella, ahora, 76 años, aquel «5» de quite y juego. Con 1.75, combativo, gran personalidad. Unión ´64 junto al «Negro» Jorge Porta, «8» talentoso, los mejores de un equipo de pibes. El recuerdo remite al goleador, «Cholo» Ciuffardi, fallecido no hace mucho. Un 9 de punta.

«Luis Rodríguez, hermanos Atilio y Rubén Bruschetti, éste apodado «La Gata», arquero juvenil, elástico, arrojado. También fallecido joven. Otros recordados el popular «Chimango» Doglioli, ya de grande, movilero, inquieto en LU6.

El periodista Borinsky estuvo dos horas en la entrevista, domicilio de los Santella, sito zona de Palermo. Casa clásica, barrio parque, donde las fotos muestran dos «tesoros»: Pablo, el hijo, también profesor y la hermana.

«La nena, casada con Federico Higuaín, hermano mayor de Gonzalo, «Pipita», hijos de Jorge, duro defensor de Chicago, San Lorenzo, Boca, El Brest, fútbol de Francia, y River, campeón 1990-91 con (Daniel) Passarella», describe.

El recorrido ubica al destacado profesor de Educación Física, célebre por su acompañamiento al gran ganador Carlos Bianchi, multi-campeón club Vélez Sarsfield y, más tarde, Boca, dos ciclos. Aunque también estuvo con otros famosos.

«Llegué a Estudiantes de La Plata en el ´65. En la «Tercera que Mata». Miguel Ubaldo Ignomiriello, reconocido formador de juveniles estaban (Oscar) Poletti, (Alberto) Aguirre Suárez, (Oscar) Malbernat, (Eduardo) Manera, gran defensa», dice.

«En el medio (Carlos) Pachamé, al que supuestamente debía reemplazar. Casi, misión imposible. Adelante, (Rubén) Bedogni, (Juan) Echecopar, el «Bocha» (Eduardo) Flores y la «estrella», Juan Ramón Verón, la «Bruja». Llegaron todos».

En la descripción ingresa el acto fatídico, pleno proceso de adaptación a la vida en La Plata, donde su hermano mayor Hugo Santella, luego arquitecto
militante político, fines los´60, convivió el impacto: rotura de ligamento del «5».

La pregunta del periodista: ¿Cómo futbolista hubieras llegado a lo que conseguiste como «profe»? Responde Santella: «Calculo que no. Yo era un jugador «medio pelo». De 5, 6 puntos. Un volante central, de marca. Aplicado, de buen pase. Nada más».

Borinsky fuera del reportaje, diálogo con el cronista, agrega: «La humildad de Santella, su modestia, grandeza, conmueve. Un tipo que ganó con Bianchi en Vélez y Boca, club del que de pibe ya era fana, todos los títulos. Un grande», dice.

«Los recuerdos del pasado futbolero marcan un hito: Estudiantes, aquella «Tercera que Mata». En el´ 65 la gente iba temprano, no llenaba la vieja cancha, 57 y 1, pero se deleitaba. Equipo que ganaba jugando fútbol de alto vuelo. Luego, iban a comer».

Aquí aparece la influencia del poco recordado por un sector de la prensa, el gran Osvaldo Zubeldía, «el Maestro» para Julio Santella. «Me aconsejó luego de la rotura de ligamento, en un tiempo donde se operaba al futbolista a cielo abierto», comentó.

«Una lesión de rodilla hace 55 años te dejaba afuera del fútbol de Primera. Osvaldo advirtió mí situación. Me apoyó. Estaba «tapado» (Pachamé) lesionado y tenía 22, 23 años. ¿Por qué no vas a estudiar Profesorado de Educación Física a San Fernando?»

La idea de los hermanos Enrique y Jorge Kistenmacher, tucumanos notables, lo mismo después los Daguerre, hicieron el resto. «Allí conocí a mí mujer (Blanca Violeta Del Valle) entonces fuí «profe» y formé una familia«, relató Julio. Profesor muy joven.

La historia y su capacidad lo acercaron a Juan Carlos Lorenzo, a Alfio Basile, antes de Carlos Bianchi. Entre destacados de su época, admiró a Alfredo Weber. Carlos (por Bianchi) un intuitivo. Gran ojo clínico para elegir, maduros y juveniles», evocó Julio.

«Del Toto (Juan Carlos) Lorenzo recuerdo cuando me vino a buscar a mi casa, En San Lorenzo descendido. Traumático momento. ¿Querés venir conmigo ?, me dijo el que había ganado títulos en San Lorenzo y Boca. Junto a Angel Labruna ganador en su tiempo».

«El conflicto del periodismo con Carlos (Bianchi) ocurrió porque nunca se casó con nadie. Se ganó «enemigos». Algo que padeció (Carlos) Bilardo. Más tarde (Marcelo) Bielsa. Nunca le gustó negociar. La prensa muy menottista, nunca lo quiso», aclaró.

«Por eso no llegó a ser DT de la selección cuando estaba arriba en todas las encuestas de opinión en el ciclo que tuvimos en Boca ´98 y ´03. Luego ganaba de nuevo sondeos (´08), cuando renunció (Alfio) «Coco» Basile. Julio Grondona no lo convocó», explicó.

«El tema de la selección nunca tuvimos el llamado de Julio (por Grondona) pero supimos de alguien que hizo conexiones. Conociendo a Bianchi debe haberle dicho

Hablar del binomio triunfador, recorrido de algo menos de 15 años, es remitir a anécdotas inolvidables. «Carlos no les hablaba demasiado. Apenas lo necesario. A veces prefería el mano a mano. Uno infaltable en Vélez y Boca, Pepe (José) Basualdo», repasó.

«Profe, hablaré con Basualdo –Bianchi no tuteaba a Santella; tampoco el profe al DT– a solas. En otra ocasión si ponía o no a (Martín) Palermo contra River, semifinal mayo 2000, creo que se basó en su experiencia de dos fracturas, siendo 9 y goleador», siguió.

«Aunque todavía no está al ciento por ciento, si ingresa los va a condicionar. Meterá miedo a los rivales», siguió Julio. «No se equivocó una vez más. Palermo adelantó un mes la vuelta y quedó en la historia grande de Boca», entre risas.

El debate entre menottismo y bilardismo a juicio de Santella «le hizo daño al fútbol desde los fanatismos de los periodistas. No permitió tomar lo bueno de cada uno», afirmó Julio. Una de las grandes verdades a través del tiempo reconocida por el propio periodista Borinsky.

El deporte marplatense nunca olvida a sus grandes. Desde futbolistas, boxeadores, ciclistas, atletas, nadadores. Esta vez con (Astor) Piazzolla y (Guillermo) Vilas desde la cultura popular vuela muy alto el profesor Santella. Aunque a él «esto» no le gusta.

En cuatro páginas, «La Nación» no recuerda a ningún deportista marplatense. De pronto la enésima pregunta del colega: «¿Por qué en todos los festejos tanto en Vélez como en Boca, no estás en las fotos ?», indagó Borinsky.

«Siempre cultivé perfil bajo. Los futbolistas y el entrenador, primero. Lo mío pasaba al segundo plano. Simplemente, pensé que ese lugar no me correspondía», repasó con sencillez.

«¿Por qué no estuve en la última etapa de Carlos Bianchi en Boca, 2013/14? Bueno, después de mi enfermedad -operación de cáncer- no tenía fuerzas. Me sacaron el estómago y el esófago. Estuve muy debilitado. Él, Carlos, me vino a buscar como siempre«.

«¿Si hubo malas ? No nos fue bien en la Roma, después de Vélez ni Atlético Madrid. El primer paso en el 97. En el Aleti después de Boca, 2005. En Italia la lesión de (Roberto) Trotta nos dejó sin central. En España hubo 7 ú 8 resultados negativos», testimonió.

«Hubo 6 partidos que estando en Atlético Madrid o nos empataron o perdimos en los últimos dos o tres minutos. Bianchi me decía: «Julio ahora que no me vengan con que tengo el celular de Dios», entre risas.

El impacto del reportaje llegó rápido a «La Feliz». La barra del rugby del club Pueyrredón, esto es los hermanos Jorge y Hugo Cabarcos, primos de Santella; el «Negro» Picho (Norberto) Fresno, racinguista Aldo Franzosi, grandote Roberto García, elogiaron la extensa nota.

Ocurre que por dónde pasó Julio dejó amigos, gratos recuerdos. » ¿Sabías, escribo cosas del fútbol marplatense ?, comentó al autor de estas líneas en una entrevista con su hijo Pablo -edecán de Eduardo Domínguez, cuando ganaron con Colón de Santa Fe- hace un tiempo.

«Me está publicando Juan Carlos Morales. Recibo todo lo tuyo y lo de Armando Fuselli. Al que estaré siempre agradecido por su libro «Cien años de fútbol marplatense» que tiene algo más de 15 años. El «Negro» otro grande», en su referencia de tipo agradecido.

En el cierre algo que motivó risas de Borinsky cuando lo escuchó del cronista y se lo hizo escuchar al gran Julio Santella. «Tu amigo -por el escriba de Libre Expresión- te mandó esto además de abrazos y los mejores augurios», parece que contó Diego.

«Decile que Luis Caro en cada asado de los Cabarcos cuenta aquella hazaña en Unión ´64. Alvarado con gran equipo estaba por ascender en Primera B. Tiempos del Piojo Zibecchi, habilidoso delantero; del cerebral Miguel Lhomy, el goleador Tarillo, entre otros», empezaba.

«Un directivo de Unión tenía una parte de la sociedad de uno de los omnibus Compañía 9 de Julio», los micros amarillos. En el bondi se cambiaban los jugadores. Alvarado si ganaba era campeón. En Mataderos había diez mil personas adentro y cinco mil afuera», según Luisito.

«Unión en la mitad de la tabla dependiendo de Julio y el Negro Porta en el medio. Atrás la firmeza de Luisito Rodríguez, los Bruschetti, el Chimango Doglioli y adelante «Cholito» Ciuffardi. Era todo. Si ganaba Alva, vuelta olímpica. Pintaba fiesta, tablones de madera».

«Uno a cero primer tiempo para el local. El segundo Tarillo y volaban papelitos y globos. El micro con la ropa, quizás vestuario improvisado, por la calle de atrás del estadio. El directivo atento a los jugadores. Faltando 5, Ciuffardi toma un rebote. Descuenta Unión», siguió Caro.

«En el descuento -Alvarado si empataba debía esperar una semana para la consagración- un avance aislado de Unión, dominado todo el partido. Córner. Rebote y Julio Santella desde afuera del área clava un derechazo al ángulo. No había fiesta, ni globos ni petardos», seguía

«Todo el plantel con los suplentes encima de Julio. Desde abajo de la «montaña» Santella a los gritos: Por favor, olviden todo esto. Que «Cacho» -dueño del bondi- ponga en marcha el micro y rajemos. Aquí si nos quedamos nos matan a todos«, en memoria de Luis Caro.

Borinsky cumplió. Santella al toque no pudo con la memoria, la suya: «Este José Luis siempre me sorprende». El periodista quiere ser del club de Santella. El cronista que reproduce, lo mismo. Se recoge lo que se siembra. Heredarás la tierra y la cultura marplatense.

Telón de gente agradecida. Julio estarás siempre en el corazón de los tuyos.

Borinsky avisó que no cobrará «derechos de autor». Abrazo grande, Titán.

 

(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión, Mundo Amateur. Agencia Nacional y Popular.

 

Fotos: La Nación