Sin acuerdo entre la Comisión Normalizadora, remitida a la FIFA y al gobierno de Mauricio Macri, los dirigentes reunidos en AFA avanzaron sobre todo lo anterior. Fijaron pasos de convocatoria a elecciones para mediados de febrero y adelantaron seis meses los plazos. El Poder político rechazó esta alternativa.
En agosto del año pasado, con el contrato vigente del «Fútbol para Todos», la Normalizadora comprometió a conseguir 350 millones de pesos para paliar el endeudamiento de los clubes. En seis meses no hubo «salida». Los tironeos iniciados en la «asamblea fallida» de diciembre de 2015 siguieron vigentes.
En el camino quebrantó la salud de Armando Pérez, titular del organismo y ello complicó la pretendida solución al problema. Avatares politicos, agravados el año pasado por falta de reglas claras, el «desgaste» de la dirigencia ya en crisis antes de la transición, dejó «sin resto» al proceso normalizador.
Ahora un sector opositor compuesto por los clubes de Ascenso y los llamados «chicos» de Primera división, se autoconvocó en asamblea: exige elecciones en febrero venidero, democratización de la entidad madre, nuevas autoridades y un balance «de gestión» de la propia Normalizadora. Nada de ello pasó por el tamiz de FIFA.
El pretendido avance de Marcelo Tinelli hace un año y medio y la prolongación de la sucesión de Julio Grondona, encarnado en lo que fue llamado «grondonismo», encarnado por varios dirigentes «caídos en desgracia» en 2015, complicó al gobierno de «Cambiemos» y la propuesta de «nuevo perfil del fútbol» que al parecer solo fueron predicciones.
De pronto, Luis Segura (Argentinos Jrs), José Luis Meiszner (Quilmes), José Lemme (Defensa y Justicia), Miguel Silva (Arsenal de Sarandí), Alejandro Marón (Lanús), y antes Germán Lerche (Colón), después Eduardo Spinoza (Bánfield), grupo homologado por la«antigua dirigencia» quedaron fuera de carrera
Marcelo Tinelli, «candidato cantado» un año atrás, padece un»desgaste»semejante al resto, aunque no se bajó de ninguna candidatura. La mentada «Superliga», enmienda de su par española, tampoco tuvo el nacimiento esperado y como si fuese poco los çambios estatutarios no se conocen
Hoy, curiosamente esa línea dice tener algo más de 50 votos sobre los necesarios para convertirse en órgano de conducción. Traducido: sobre la asamblea de 75 representantes, lo que da bríos al dirigente Claudio Tapia, presidente de Barracas Central y líder de clubes de Ascenso
Asimismo, revive el poder de su suegro, Hugo Moyano, hoy titular de Independiente y durante cuatro décadas dirigente sindical del poderoso gremio de Camioneros con treinta en la conducción de CGT. hasta hace seis meses. El «Negro» Moyano mantiene «la idea fija», aunque no lo diga: conducir la AFA.
Aquella consigna de los´70, vuelve desde la política y ahora se hace presente en la normalización del fútbol argentino, con variantes de situaciones, nombres y apellidos: «Chiqui» Tapia al gobierno, Hugo Moyano al Poder». Enigma y desafío para el gobierno de Mauricio Macri.
La idea de negociar el fútbol a grupos privados hasta aquí «no cuajó». La presión del gobierno nacional a través del abogado Javier Medín, letrado de la confianza de Mauricio Macri es modificar el estatuto.