Más de 100.000 turistas visitaron la ciudad en este fin de semana, aunque el resultado económico no fue el esperado. La ocupación hotelera rondó el 50% y el promedio de ventas fueron en tickets un 20% menos que el conseguido durante el receso invernal.
No era lógico suponer que la realidad económica preocupante por la que pasan los argentinos no iba a hacerse notar durante este fin de semana largo.
Más alládel discutible entusiasmo de las autoridades del área turística, la realidad marcó que Mar del Plata tuvo en estas horas mucha gente pero poco gasto.
El buen clima reinante -propio de lo mejor de la primavera- no alcanzó a «calentar» el bolsillo de los visitantes y fue común ver negocios vacios y restaurantes a media máquina que no llegaron a hacer gran diferencia con las jornadas comunes de la época del año que transcurrimos.
En resumen, un fin de semana sin pena ni gloria que vuelve a poner en el centro de la escena una cuestión que ya es tema de debate entre los especialistas: ¿tiene sentido mantener una cantidad de feriados que movilizan cada vez menos gente y que por el contrario frenan una ya de por sí desacelerada producción?.
El «pan y circo» pasa a veces desapercibido.
