El obispo Carlos Malfa, secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, pidió a los medios y a la ciudadanía exigir a los candidatos que «entreguen ideas y proyectos».
«Dennos una mano con esto de las elecciones», pidió el obispo a los periodistas presentes. Los medios y los electores deben buscar en los candidatos honestidad, integridad, y pedirles que entreguen ideas y proyectos, sugirió.
«Esta farandulización de la política resulta penosa, necesitamos proyectos, un horizonte que construya dignidad» y candidatos «que tengan capacidad de diálogo, de gestión y, fundamentalmente, que se ocupen de los pobres».
La convocatoria de la CEA tenía por objeto exponer las «orientaciones pastorales», es decir, «el espíritu con el cual la Iglesia quiere vivir su camino pastoral en Argentina» y que esencialmente pasa por reflejar y promover aquí lo que «el papa Francisco propone para la Iglesia Universal».
«Tenemos que subirnos al carro del papa Francisco inequívocamente», dijo monseñor Malfa, quien también aseguró que el hecho de ser la Iglesia que le dio al mundo este Papa implica «una alegría y una responsabilidad».
Entre las orientaciones pastorales está –en línea con la prédica y los actos de Francisco- la misión –una Iglesia de salida-, la misericordia –una Iglesia abierta a todos- y la alegría del encuentro con Cristo.
Malfa dijo que el protagonismo del Papa en la escena internacional es «sin agenda encubierta», ya que obedece a un solo propósito que es la defensa de la dignidad de la persona humana.
También habló del Congreso Eucarístico que tendrá lugar el año próximo en Tucumán, con el cual la Iglesia se propone celebrar el Bicentenario de la Patria, «una Patria que nace a la luz de la fe cristiana».
Y parafraseando a Terencio, señaló que «no hay nada humano que pueda ser extraño a la Iglesia, porque Dios se hizo carne entre nosotros».
Así como la Iglesia no debe estar encerrada en sí misma, dijo, un buen cristiano «no debe ser indiferente a la realidad que lo rodea». Por eso, insistió en los términos del documento de la CEA del 18 de marzo pasado, referido enteramente al proceso eleccionario que está viviendo el país.
Allí, se pide a los candidatos no «incurrir en agresiones» sino tratarse «con respeto y cordialidad por cuanto no son enemigos, sino adversarios circunstanciales» que pueden «continuar dialogando y trabajando juntos para el bien común».
El Episcopado también sugiere buscar un acuerdo que permita establecer políticas de Estado «en temas importantes y permanentes» -entre los que mencionan la superación de la pobreza extrema y la desnutrición infantil, la generación de empleo, el fortalecimiento de una educación inclusiva y de calidad, la lucha contra el narcotráfico y la trata, la reducción de la inflación que «erosiona gravemente los ingresos de los más pobres», entre otros puntos.
Además sostienen que la administración pública debe ser dotada «de un cuerpo profesional y permanente de funcionarios que ingresen y asciendan en atención al mérito y no a las afinidades ideológicas».
«La Argentina ha conocido gobernantes que no usaron la función pública como una ocasión para su enriquecimiento personal», dice el documento en un párrafo cuyos tiempos verbales pretéritos no dejan dudas sobre la opinión respecto a la honradez de los funcionarios de los últimos años.
El documento también afirma que el diálogo no es signo de debilidad «sino de grandeza» e invita, «en vísperas del Bicentenario de la Independencia» a «un examen de conciencia colectivo» sobre lo que los argentinos hemos hecho con nuestro país y el lugar que aspiramos a ocupar, «como Nación independiente y soberana, en el contexto internacional»
Finalmente, el secretario general de la CEA tuvo palabras para los cristianos perseguidos en el mundo por su fe. «Parece lejano porque vivimos en un clima de libertad y convivencia religiosa», en Argentina, dijo. Pero recordó las palabras de Jorge Bergoglio: «Hoy hay más mártires que en los inicios del cristianismo».