Redacción – Una ordenanza arrancada a los mordiscones, sin sentido de la oportunidad y sin que sirva para aportar nada al verdadero drama de la gente. La política ante el desafío de entender la realidad.
El Concejo Deliberante votó por unanimidad la ordenanza que declara la emergencia en seguridad en el ámbito de todo el Partido de General Pueyrredón, luego de meses de debates estériles, malintencionados y demostrativos del absoluto divorcio que existe entre la dirigencia política y la sociedad.
Un capricho del Frente de Todos, con la única intención de entorpecer la gestión municipal, denunciar un supuesto desinterés del Ejecutivo a la hora de atacar el fondo del problema y, sobre todo, la creación de un inentendible Consejo Asesor en Seguridad Ciudadana que estará integrado por 27 representantes de diferentes sectores y que terminará siendo otro más de esos multitudinarios colectivos que tanto ama el kirchnerismo y que no son otra cosa que ámbitos en los que las minorías empujan a debatir cuestiones que ni importan ni interesan a la gente, termina en una norma vacía de eficacia y contenido y que solo debió circunscribirse a lo que de fondo tienen las medidas de este tipo: autorizar a quien gobierna a omitir pasos administrativos cuando la necesidad convierte en urgente la adquisición de bienes o la contratación de servicios.
Mientras el vecino de la ciudad padece la inseguridad real, palpable y que se mide en pérdida de bienes y vidas, los ediles frentistas solo piensan en imponer sus criterios -fuertemente repudiados por la ciudadanía local en cada elección- y calculan cada paso con la clara voluntad de complicar la acción de este o cualquier gobierno que no responda a su vocación de partido único.
Aunque en este caso la absurda pulseada trajo un beneficio para la ciudad que contrasta con la voluntad del gobierno nacional, ante el que los ediles kirchneristas deberán ahora explicar la involuntaria resbalada: para imponer su cuerpo de asesores -que seguramente quedará olvidado en el corto plazo- tuvieron que firmar el pedido expreso de la vuelta a la ciudad de las fuerzas federales que caprichosamente fueron sacada de Mar del Plata.
Pero, una vez más, quedó la sensación de que muchas veces se pierden horas en debates sin sentidos, chicanas de corto alcance y una pertinaz demostración de lo mucho que a algún sector político le cuesta desde hace décadas entender lo que interesa al marplatense y al batanense.
Sépalo el vecino: tenemos una ordenanza que habla de la emergencia en seguridad.
¿Usted se siente más seguro?…¿no se había dado cuenta hasta ahora?…
En fin…
