La era Obama termina con más mensajes que logros concretos

La gestión de Barack Obama deja un legado que puede ser considerado simbólico antes que impactante. No se resolvió ninguna cuestión pero cambió la agenda y mejoraron los índices.

Números que en Argentina impactarían pero no en la 1er.                                                    economía del mundo

Por María Laura Carpineta – Al definir el legado del gobierno de Barack Obama, la mayoría de los analistas, estadounidenses o extranjeros, progresistas o conservadores, destacan el mismo aspecto simbólico: fue el primer presidente negro de Estados Unidos, un logro nada desdeñable en un país que respetó por ley la segregación racial hasta hace 50 años.

«El legado obvio es que fue el primer presidente negro en un país con un fuerte racismo. Políticamente fue un moderado, muy culto e inteligente, que estuvo bajo permanente ataque de la derecha más reaccionaria», resumió el escritor uruguayo y profesor de la Universidad de Jacksonville, en Florida, Jorge Majfud, en una charla con Télam.

Lee Edwards, uno de los analistas más veteranos de la Heritage Foundation, la más influyente usina de pensamiento conservadora en Washington, coincidió en el aspecto simbólico, pero difirió en su caracterización política.

«Se presentó como un líder relajado, con capacidad de articular muy bien sus ideas, pero no pudo inspirar a los estadounidenses como lo hizo en el principio de su gobierno. Se volvió muy partidario», concluyó Edwards en diálogo con Télam.

La historiadora argentina Valeria Carbone, también eligió destacar el valor simbólico de la Presidencia de Obama «a tan sólo 50 años de la sanción de la Ley Electoral que estableció la universalidad del voto y a la luz de los cotidianos episodios de violencia y terrorismo racial en el país».

«En su discurso de despedida, Obama se refirió a la amenaza que el racismo representa para la democracia y cómo la raza continúa siendo para los estadounidenses ‘una potente fuerza divisiva’. Sin embargo, lo cierto es que el aérea más descuidada de su Presidencia fueron las políticas que aborden, discutan o lidien con el arraigado racismo estructural e institucional», sentenció la historiadora y profesora de la UBA.

Más allá de las apreciaciones generales del liderazgo de Obama, el balance de sus políticas no emociona ni horroriza a los analistas.

«No fue un revolucionario, fue un moderado y quiso entender un poco más el lugar del otro o por lo menos entablar un diálogo, por ejemplo con Cuba, Irán y América Latina en general…tuvo un cambio hacia una diplomacia más tibia», sostuvo Majfud.

El académico destacó entre sus logros la reforma de salud, el acuerdo nuclear entre Irán y las principales potencias del mundo, el reestablecimiento de las relaciones con Cuba y la reducción del número de prisioneros en Guantánamo, «aunque también se puede ver como un fracaso porque no pudo cerrarla».

«Uno de sus mayores méritos fue una recuperación económica muy lenta pero consistente, sostenida. Se crearon millones de puestos de trabajo, aunque los republicanos digan que son empleos de mala calidad», destacó.

Entre los fracasos o deudas del mandatario saliente, Majfud incluyó que «no logró un gran cambio en la política migratoria» y que «los problemas racistas no mejoraron, quizás hasta empeoraron», aunque aclaró que eso no fue culpa de Obama, sino una reacción a su Presidencia.

«Para hacer cambios se necesita al Congreso y eso estuvo completamente bloqueado por los republicanos», opinó.

Para Edwards, el balance político de Obama se debe hacer sobre dos ejes: paz y prosperidad.

«En el primer caso, no estamos en una guerra, pero sí estamos involucrados en un número de conflictos, como Afganistán y Siria. Es decir, no estamos en guerra, pero tampoco estamos en paz. Estamos en algún lugar intermedio», sentenció.

«Obama fue más multilateral y comenzó de una manera prometedora, pero sus esperanzas transformadoras no funcionaron (…) China se volvió más agresiva en sus disputas territoriales con sus vecinos y Rusia está actuando de manera muy agresiva en muchas partes del mundo», agregó el analista conservador y recordó la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014.

Pese a las críticas feroces que hicieron al estado de la economía los republicanos y los conservadores durante la campaña presidencial, Edwards le puso una B a Obama en este campo.

«Recién ahora estamos comenzando a salir de la gran recesión. El PBI finalmente está empezando a ser positivo y el desempleo cayó a menos del 5%. Pero se trató de la recuperación más lenta de una recesión desde la posguerra y, por eso, (Donald) Trump ganó las elecciones, porque le habló a aquellos que aún no pudieron experimentar la certeza de que hay una mejora», explicó el veterano académico.

Obama será recordado por ser el primer presidente negro de Estados Unidos, por haber sacado al país de la peor crisis financiera en décadas y por haber suavizado el tono de la superpotencia después de los años oscuros de George W. Bush. Pero difícilmente quedará en la Historia como el líder transformador que quiso ser.