La historia de una corbata que diseñó un hincha boquense

Por José Luis Ponsico (*)«Tendrá los colores de River y será exclusiva para Angel Labruna. No de venta comercial», parece que dijo el modisto Ante Garmaz, fana de Boca, que quiso homenajearlo.

 

José Luis Ponsico

El pedido llegó por un colega, historiador marplatense, antes hermano de la vida: el querido Armando Fuselli, popular «Negro» ex campeón con Peñarol, Tercera inolvidable del 64, una ciudad donde todavía la amistad del secundario alcanzaba tono romántico. Mar del Plata, 350 mil habitantes. La gloria.

«Ahora, tenés que escribir sobre la corbata de Angelito Labruna que usó para la ocasión el «Muñeco» Marcelo Gallardo», rezaba la misiva del compañero de aventuras, fines de los 60, viajando a la Capital Federal con más ilusiones futboleras que reservas económicas.

El que escribe no estaba seguro. El asunto entonces, llegar a una fuente irreprochable: Omar Labruna, el zurdo que jugaba en la  cuarta cuando Angelito recibió el tributo del diseñador-modisto de época, el croata Ante Garmaz, antes de la desintegración yugoslava: Croacia, Serbia, Bosnia, Kosovo, Eslovenia.

«Creo que en el 75, poco antes de la vuelta olímpica de River en el «Viejo Fortín», cuando Agremiados llamó a la huelga de profesionales y los clubes dispusieron jugar con la Cuarta división» explicó Borinsky Y confirmó: «Hablaré con Omar Labruna, dice que vos sos uno de los que más sabe de Angel», pontificó.

Omar Labruna y el recuerdo permanente de su padre

Los datos recogidos remiten agosto del´75. A un par de semanas de la esperada vuelta olímpica. River había ganado con goles de Norberto Alonso a San Lorenzo de Almagro en el Monumental. El mundo riverplatense vivía una fiesta. Sin embargo, faltaba el examen final.

Estalló una huelga de profesionales. El impacto de Agremiados pleno gobierno de Isabel Perón, en medio de la crisis por el llamado «Rodrigazo» -espiral inflacionaria descomunal- llevó al gremio a una huelga parecida a la célebre del 48, 49. Sin éxodo en el 75.

River, su dirigencia, decidió jugar con futbolistas de inferiores al igual que el resto. Debía enfrentar a Argentinos Jrs. que hacía de local en el «Viejo Fortín» de Vélez Sarsfield, en una de las noches más frías de aquél invierno donde la «guerrilla urbana» ponía a las Fuerzas Armadas en el umbral del golpe militar.

Después del triunfo contra San Lorenzo, en un estudio de televisión se cruzaron el inmortal Angelito y el modisto «xeneize», Ante Garmaz -mucho después integró una lista en la interna política del club de la Ribera, sin mucha fortuna- que para honrarlo, como rival, predijo: «Angel encargué una corbata … »

Su descontrolado festejo la noche en que rompió la «maldición» (1975)

«Tendrá los colores de River y será exclusiva para Angel Labruna. No de venta comercial», parece que dijo el modisto que en el 69 participó en un film muy boquense («Paula y la mitad más uno») junto a Silvio Marzolini, Angel Clemente Rojas y Norberto Madurga. Labruna, se supo, quedó agradecido.

Al parecer en el ciclo televisivo Garmaz alcanzó a decir creo que ningún club tiene en su historia a un futbolista que jugó un cuarto de siglo, ganó primero como futbolista, luego como técnico, estuvo en la Primera más de 500 partidos y en distintos ciclos 15 años en la selección nacional», explicó Ante.

«Todo indica -vuelve Borinsky al recuerdo, actualmente escribiendo la historia de Angelito por pedido del propio Omar Labruna- que Angel la utilizó por primera vez cuando River dió la vuelta olímpica contra Racing en el Monumental, después de 18 años. La última vez con Angel en el 57», evocó el colega.

El Monumental estalló de público cuando River que ganaba dos a cero a Racing, no pudo seguir con el juego. Miles de simpatizantes ingresaron al campo de juego. El recuerdo lleva a quiénes arrodillados cruzaban -en procesión casi religiosa- el ancho del terreno. Inolvidable.

El modisto croata era reconocido hincha de Boca y hasta había actuado como tal en el cine

Angelito, por sugerencia de Roberto Perfumo, llevado en andas. «Mariscal», 34 años, agradecido al DT. («Labruna me pidió cuando estaba pensando en largar al regreso de Brasil, donde salí campeón con Cruceiro de Dirceu Lópes y «Nelinho» comentó el héroe de Racing de los´ 60 con Juan José Pizzuti.

Labruna murió en el 83, con 65 años. Había llevado a River a ganar seis títulos entre 1975 y 1981, La eliminación en la Copa Libertadores del 81, impidió seguir. En Argentinos Jrs. dos años más tarde se dió otro gustazo: como DT eliminó primero a Boca y luego al propio River. Un fenómeno.

Ante Garmaz vivió 83 años. Curiosamente, su deceso se produjo poco después del descenso de River a fines de junio del 2011. Las llamadas trampas del destino. La corbata que Gallardo recibió de la familia Labruna hace diez días por el homenaje en River, cierra una historia de una cultura inacabable.

 

Hablar de «Angelito» es hablar del espíritu mismo del Club Atlético River Plate

(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión, Mundo Amateur y La City.com.ar