La imparable crisis china afecta el mercado de los commodities

El mundo desarrollado entró en la Gran Recesión con las materias primas en máximos históricos y sale de la crisis con las commodities en niveles de hace más de una década.

El Bloomberg Commodity Index, que mide la variación de toda clase de materias primas, desde el oro, el petróleo o el gas natural hasta el maíz, la soja, el hierro o el cobre, cae casi un 11% en lo que va de año. La decena de expertos consultados aporta varias razones para explicar este brusco aterrizaje —la fortaleza del dólar o la próxima subida de tipos en EE UU—, pero coinciden en una por encima del resto: las señales de fragilidad que emite la economía china.

“Tras analizar todas las opciones hemos llegado a la inevitable conclusión de que esta mina ha llegado al final de sus días”. Hace menos de dos semanas el consejero delegado de Kumba, uno de los mayores productores mundiales de hierro y filial de la multinacional Anglo American, explicaba así el cierre de la mina de Thabazimbi (norte de Suráfrica) tras 84 años de actividad. En paralelo, a 11.000 kilómetros de allí, los gestores de las minas de carbón de Abel y Austar (sudeste de Australia) anunciaban sendos recortes de personal y una reducción drástica de su producción como antesala a su más que probable cerrojazo. Ambas decisiones, aparentemente inconexas tienen un origen común: el desplome en los precios de las materias primas.
¿Qué hay detrás de esta caída? La visión de la decena de analistas consultados tiene, con matices, un denominador común. “China es el primer consumidor de materias primas y sus oscilaciones internas afectan al resto”, explica Gabriel Stein, de Oxford Economics.

“Hay preocupación sobre el crecimiento de la economía china”, añade Ole S. Hansen, jefe de materias primas de Saxo Bank. Las muestras de “debilidad” de la segunda mayor economía global, que compra y procesa materias primas para convertirlas en productos que luego vende a medio mundo, acrecentadas por las recientes caídas en sus Bolsas, “han deprimido el mercado”, apunta Daniel Smith.

Este analista independiente descarta, sin embargo, que la economía china haya “colapsado”, en cuyo caso los mercados de materias primas se habrían hundido. Y recomienda utilizar como termómetro la evolución reciente del cobre, en mínimos de seis años. “La caída ha sido fuerte, sí, pero respecto a otros momentos de la historia reciente el precio sigue siendo relativamente alto”.

Nicholas J. Johson, vicepresidente ejecutivo y responsable de materias primas de la firma de inversión Pimco reconoce la debilidad de la demanda china, pero lo achaca a la transición de una economía orientada a la inversión y a la producción —intensiva en commodities— a otra basada en el consumo. Y opta por buscar explicaciones más allá del gigante asiático. “Hay que tener en cuenta la fortaleza del dólar, que tiene un efecto importante”.