Los países árabes dieron este domingo luz verde a la estrategia para «derrotar» al Estado Islámico que el presidente estadounidense Barack Obama anunciará el miércoles.
El espaldarazo de la Liga Árabe, vital para forjar una amplia coalición internacional, se produjo horas después de que EEUU ampliara sus ataques bombardeando una presa en el oeste de Irak.
Al término de una jornada maratoniana en El Cairo, los ministros de exteriores de la Liga Árabe acordaron adoptar todas las medidas necesarias para luchar contra la amenaza yihadista y participar en las iniciativas internacionales y regionales encaminadas a detener el avance del autoproclamado califato, que ocupa ya amplias zonas de Siria e Irak y ha diluido la frontera entre ambos países. Los cancilleres árabes -incluidos los representantes de gobiernos que de manera directa o indirecta han alimentado al monstruo del IS en los últimos dos años- respaldaron la resolución aprobada el mes pasado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que insta a los países miembros a cerrar el grifo logístico, militar o financiero a los extremistas.
«Lo que sucede en Irak es que una organización terrorista no sólo amenaza la autoridad de un país sino su propia existencia y la de otros estados», advirtió el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, al inicio de un encuentro que acabó con el plácet solicitado por Washington. El texto no hace mención expresa a la estrategia que Obama anunciará el próximo miércoles, pero fuentes diplomáticas árabes citadas por la agencia de noticias egipcia Mena lo consideraron un respaldo tácito. Tampoco se aclara si el soporte incluye una intervención militar directa de socios como Arabia Saudí o Emirato Árabes Unidos. Está previsto que esta semana el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, viaje a Riad y Amán en busca de nuevos compromisos.