La protesta en Brasil augura duros momentos para Dilma

Miles de personas se concentraron este domingo en decenas de ciudades de Brasil para manifestarse contra la corrupción y la gestión económica del Gobierno de Dilma Rousseff.

Las protestas fueron convocadas por la oposición y se realizaron en unas 260 ciudades del país, incluidas Brasilia y todas las capitales regionales, para expresar el malestar de la sociedad con los escándalos de corrupción en la compañía estatal Petrobras y la delicada situación de la economía del país, que se prevé que este año se encogerá un 1,5 %.

Algunos grupos minoritarios exigen también el inicio de un juicio político con miras a la destitución de Rousseff, por una supuesta responsabilidad del Gobierno en los desvíos de dinero registrados en Petrobras, que la propia empresa calcula en unos 2.000 millones de dólares durante la última década.

El escándalo de corruptelas en Petrobras y las turbulencias en la economía han afectado la popularidad de la presidenta del país, que dos recientes encuestas han situado en un 8 %, con tasas de rechazo que llegan a superar el 70 %.

En Brasilia, en las primeras horas de este domingo, unas 5.000 personas se concentraron en la Explanada de los Ministerios, céntrica avenida en la que se sitúan todos los edificios del poder público, pero hacia el lugar se desplazaban muchas caravanas de vehículos que, según los organizadores, elevarán el número de manifestantes a unos 50.000.

También miles de personas comenzaban a concentrarse en Río de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre, Belén, Maceió, Salvador y Vitoria, entre otras de las capitales regionales.

Las manifestaciones más multitudinarias se esperan en la ciudad de San Pablo, la más poblada del país y en la que los organizadores confían en reunir a más de un millón de personas.

El Gobierno brasileño indicó que observa esas protestas con «respeto» y que las percibe como una prueba de la «normalidad democrática» que existe en el país.

Sin embargo, subió el tono contra los sectores que exigen la destitución de Rousseff, a los que ha acusado de intentar promover «maniobras golpistas».

En las concentraciones que comenzaron este domingo, a las que la mayoría de las personas acudió vestida con los colores verde y amarillo de la bandera nacional, se vieron carteles en los se leía «Fuera Dilma» o «Impeachment», en alusión a la figura del derecho anglosajón que se usa en Brasil para definir la destitución de un jefe de Estado.

En respuesta a la protesta, cientos de personas también se reunieron en la sede del instituto del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en San Pablo para «defender» al Gobierno de Rousseff.

La movilización frente al Instituto Lula fue organizada por la Central Única de Trabajadores (CUT), organización de sindicatos cercana al Partido de los Trabajadores (PT), que lidera Lula y al que también pertenece la actual presidenta.

Según la CUT, el acto fue «en defensa de la democracia» y «contra el golpe» que supuestamente orquestan los sectores de la oposición.