Por Adrián Freijo
Parece que al fin la dirigencia y los funcionarios decidieron ser sinceros con la gente: siempre le importamos un rábano y el abuso en los espacios públicos vuelve a probarlo.
Venimos marcando desde este diario la manera desmesurada y probablemente ilegal con que dirigentes de diferentes expresiones políticas se han apropiado de los espacios públicos de la costa marplatense para hacer campaña.
Es claro que cuando el mal ejemplo surge de la cabeza –en este caso a partir de la desmesura naranja de Daniel Scioli– poco puede exigirse de los demás exponentes de una clase desmadrada, soberbia y desconocedora de cualquier límite.
La zona del Torreón, el Paseo Hermitage, la Playa Popular, el balneario público frente al Unzué y el Muelle de los Pescadores son muestras que ya hemos traído a consideración del lector con imágenes que hablan más que mil palabras.
Ahora es la zona de las playas públicas linderas al balneario Bahía Bonita las que ven arrasada su superficie con la colocación de un mega escenario patrocinado, una vez más, por el ANSES y su titular Daniel Bossio que parece empecinado en competir con “El duque de Orange” en el terreno del abuso y el desprecio por la gente.
Aunque uno no pueda dejar de preguntarse de que caja salen los fondos para semejante exposición, viviendo en un país en el que el 82% de los jubilados cobra una miserable jubilación mínima.
Los que más duele es que estos cultores del populismo berreta, a los que siempre se le caen las palabras “gente” y “pueblo” de sus bocas, no hesitan en dejar a sus “protegidos” sin espacio aunque les conste que si están ahí es por no poder pagar una carpa o una sombrilla en el sector privado.
¿A alguien le importa esto?, ¿algún funcionario marplatense le pondrá coto?, ¿o es que los compromisos políticos de cara a los próximos comicios son más importantes que los que se tiene con una ciudadanía que los puso con su voto en el lugar de privilegio que hoy ocupan?.
Este verano pasará a la historia como el del atropello a nuestros lugares comunes, y también como el año en el que marplatenses y turistas estuvimos indefensos frente a los negocios privados de los funcionarios públicos.
Massa no se queda atrás
Ya lo corrieron de Pinamar, lo denunciaron en Mar del Plata y quedó en evidencia que con permisos otorgados al municipio que gobierna instala mamotretos como el de las fotos que ilustran esta nota y que son exclusivamente de campaña.
La Plaza España es hoy testigo de ello y nuevamente para poner en evidencia el uso abusivo de los espacios públicos.
El Monumento a los Martilleros de Marta Minujín es ahora escondido testigo de las pretensiones publicitarias del tigrense que, como buen peronista de estos tiempos, hace culto a aquello de que el fin justifica los medios.
Todo muy triste y a la vez vergonzoso.
Los marplatenses hace mucho que dejamos de ser dueños de nuestra ciudad –eterno coto de caza de quien tenga algún poder- pero nunca antes nos lo habían hecho sentir como ahora.
