Escribe Dimas J. Pettineroli – Más allá del cambio de signo interno, también hay una variación considerable hacia lo externo. La pregunta es: “el cambio favorecerá a la Argentina”.

Dimas J. Pettoneroli
La expulsión legal de Dilma de la presidencia de Brasil (no tiene la menor posibilidad de retorno ya que será considerada culpable por el Senado en este proceso abierto hace una semana) no es golpe ni nada por el estilo. Es simplemente la aplicación de un mecanismo constitucional como ya hicieran en 1992 con Collor de Melo. De tal forma que no es nada nuevo, ni un invento contra el populismo “petista” – como se le llama a los partidarios del Partido de los Trabajadores del mítico y devaluado Lula.
Más allá del cambio de signo interno, también hay una variación considerable hacia lo externo.
Michel Temer (75 años. Casado con una bella rubia 43 años más joven), es el nuevo jefe de estado y es la cara opuesta de Lula-Dilma. De tal forma el mapa político sudamericano muda drásticamente y se fortalece la posición de Mauricio Macri que aparecía solitaria el 10 de diciembre.
Es posible que UNASUR, sea impactada directamente sobre todo luego de las expresiones anti Temer proferidas por el Secretario del organismo Samper. Error que no le perdonarán.
También es posible que revisen la conformación del MERCOSUR.
La pregunta que recibo permanentemente es: “el cambio favorecerá a la Argentina”.
Mi respuesta categórica es SI. Sin dudas.
El lulismo no es compatible con el macrismo, y eso iba a agravar las relaciones comerciales entre las 2 grandes potencias continentales.
Escuche a Temer decir que visitara en breve a Macri y eso abre expectativas positivas reales, como lo fue recientemente la visita de Obama.
Sería bueno que General Pueyrredón tome nota de esta nueva situación en Brasil para agrupar sus productos y lanzar una vanguardia como lo hiciéramos con mucho éxito en los 90. Las oportunidades de negocios son enormes. Pero hay que accionar con profesionalismo.