Lagomarsino y la desmentida que intenta frenar una estrategia

Entre las muchas estrategias del gobierno con destino a desviar la investigación ahora el centro se desvía hacia cuestiones que sólo sirven para complicarla.

En los últimos días, el senador nacional kirchnerista Salvador Cabral aseguró que la muerte del investigador a cargo de esclarecer el caso AMIA se trató en realidad de «un crimen pasional homosexual» concretado por Lagomarsino. Esa hipótesis parecía haber sido sugerida por la propia Cristina Kirchner cuando en una de sus cartas aseguró que ambos tenían «una relación íntima».

Por primera vez, el técnico informático se encargó de desmentir esa versión: «No sé qué es una relación íntima. Uno, cuando tiene una relación de tanto tiempo, no es un amigo ni tampoco es un jefe. Si la Presidenta se refirió a una relación homosexual, confirmo que no. Lo que a mí me molesta de eso es que en el medio hay otras personas. Mis hijos son muy chiquitos, pero Alberto tiene una hija más grande».

Además, el asistente de Nisman aseguró estar sorprendido por la ausencia de sus huellas en el arma Bersa calibre .22 que terminó con la vida del fiscal.

El técnico informático Diego Lagomarsino brindó una extensa entrevista exclusiva en la que habló de la actualidad de la causa y detelles de su relación personal y laboral con el fiscal Alberto Nisman.

«La verdad, no sé qué fue. Pero el 18 de enero murió Nisman y murió el Diego Lagomarsino que yo era», dijo el asistente del fiscal en una entrevista con el diario El País de España.

«Por momentos me sentí defraudado y pensé: ‘¿Por qué me metiste en este tema?’. Después vas escuchando otras versiones. La verdad es que yo lo perdoné. El día de la marcha yo le dije a una persona que lo iba a homenajear a mi forma. Yo hacía 24 años que no me confesaba. Y estuve con un cura cuatro horas hablando del tema. Y fui a pedirle por él no por mí. El cura me dijo: ‘Si fue así, Dios lo perdonó».

Con respecto a la causa que investiga la muerte del fiscal, Lagomarsino se mostró sorprendido porque sus huellas no aparecen en el arma Bersa calibre .22 que terminó con la vida de Nisman.

«Deberían estar mis huellas. No sé por qué no están. Los motivos técnicos no los conozco», afirmó.