Las encuestadoras reconocen poca solidez de los datos

Son pocas las encuestas que coinciden en cuanto a los resultados. Dicen que las metodologías utilizadas tienen que ver, pero también reconocen que se “tocan” los números

La batalla de las encuestas está instalada. A diferencia de previas electorales anteriores, aparece un sondeo prácticamente todos los días. ¿Los resultados son los mismos? No, muy por el contrario, los números resultan ser bastantes disímiles. En unos gana Scioli; en otros, Macri; y en los restantes, Massa.

El primer porqué al que acuden los en-cuestadores radica en las diferentes metodologías utilizadas. Coinciden en que no es lo mismo un sondeo presencial que uno telefónico. Y en este último grupo diferencian a los realizados con el método IVR, que consiste en un sistema telefónico capaz de recibir una llamada e interactuar con la persona a través de grabaciones de voz y el reconocimiento de respuestas simples, como “sí”, “no” y otras.

De todos modos, no esquivan a la principal crítica o cuestionamiento, y hasta incluso algunos lo reconocen: los números se to-can. Eso sí, cada uno recalca que el que lo hace es el otro. “Te vamos a decir que algunos hacen eso, pero yo no. Algunos andan haciendo travesuras, pero yo no. Nadie se va a inculpar. Existe y está mal, pero más no te puedo decir”, reflexiona Federico González, de González y Valladares Consultores.

“Algunos encuestadores también creen que el candidato que va primero en las en-cuestas es el que gana la elección, y por eso las tocan; y en los hechos no hacen más que generar una profunda desconfianza sobre nuestra profesión y generar tales ruidos y confusiones que finalmente hacen profundizar más la creencia de que todas las encuestas están dibujadas”, sostiene Hugo Haime, de Hugo Haime & Asociados.

“Es tan arbitrario decir que las encuestas son truchas como que todos los periodistas son coimeros. Los periodistas que afirman que las encuestas dependen de quién las paga, están equivocados. Si fuera así, no se ocupen de difundirlas. El colega que dice que las encuestas dan el resultado de quien las paga, es un cínico. No todos odiamos el trabajo que hacemos”, afirma Ricardo Rouvier, de Ricardo Rouvier & Asociados.

La respuesta podría ser tranquilamente para Artemio López, de Equis, quien, sin vueltas, aseguró que quien aparece ganador en una encuesta es el que la pagó. Ante esto, González afirma: “Artemio sabe bien de lo que habla. Por mucho tiempo hizo uso y abuso de esos métodos. El es un encuestador militante. Dentro de lo malo, hay algo meritorio, que es que lo reconoce. Hay otros que lo hacen y no dicen nada”.

No hay dudas. Unos lo hacen y otros no. Pero lo cierto es que todos caen en la misma bolsa. “Estamos en la peor de las situaciones, tanto en lo que respecta a la imagen del gremio como también en lo concerniente a la calidad de las encuestas. Y desde el punto de vista ético, en el peor momento desde el ‘83 para acá. Nunca había habido tanta falta de ética en la publicación de encuestas y en la generación de operaciones como en estos últimos años”, señala Carlos Fara, de Carlos Fara y Asociados.

“La verdad es que cada vez tengo menos ganas de difundir encuestas. Está todo muy deformado. Quizá sea momento de meterse para adentro y que sigan jugando los que quieran jugar. El riesgo es que uno, que hace las cosas seriamente, también caiga en la volteada. Yo soy muy defensora de lo que es la calidad y la ética”, indica, por su parte, Celia Klienman, titular de Polldata.