Las religiones toman el centro de la escena en el mundo que se viene

Según sondeos recientes, la mayoría de la población mundial se considera religiosa. En los próximos 50 años la cantidad de fieles, cuanto menos, acompañará el crecimiento poblacional.

Contra los pronósticos agoreros, la religión sigue vigente en la actualidad y no se vislumbra para los próximos años un futuro menos religioso. Ni la modernidad, como época histórica, ni la globalización, como proceso espacial, han implicado un retraimiento de la espiritualidad en el mundo, con excepción de algunos países y regiones como Europa Occidental.
La primera conclusión que surge de la encuesta de WIN / Voices! en 65 países es que la religión juega hoy un papel importante globalmente.

Casi dos tercios de los ciudadanos del mundo (63%) se definen como religiosos, frente a un 20% que señala que no lo es y un 11% que se dice ateo. Sin embargo encontramos grandes diferencias entre las naciones y las regiones, en función de la religión predominante en cada una de ellas.

En Europa Occidental, que representa sólo un 8% de la población mundial, se vienen dando desde hace algunas décadas procesos de secularización, con un creciente número de agnósticos y ateos, así como una escasa asistencia a las iglesias. Pero en otras regiones el panorama es muy diferente.

En los Estados Unidos, un país tradicionalmente muy creyente, la religión y la práctica de la misma también están en baja, aun cuando la mayoría de las personas continúa siendo religiosa y otorga importancia a Dios en su vida.

En Oceanía, en países como Australia y Nueva Zelanda se verifica una caída de la religiosidad similar a la que se viene produciendo en Europa Occidental. En América Latina, una región marcadamente religiosa, y predominantemente católica, también se han detectado cambios. Pero éstos tienen que ver con “migraciones” de fieles hacia otras religiones, como la evangélica, y no con una pérdida de terreno de la religión y un avance del ateísmo.
En cambio, en Europa del Este, África, Medio Oriente y gran parte de Asia (exceptuando el Norte) la religiosidad se mantiene significativamente alta, un fenómeno que se potencia en los países donde la mayoría de la población profesa la fe musulmana. En estos últimos la religión ocupa un lugar central y tiene una marcada influencia en la vida cotidiana de las personas: Dios es importantísimo en sus vidas y la fe resulta más importante que la nacionalidad, la ciudad o localidad en la que se vive o el grupo étnico de pertenencia.
La encuesta global revela que en África y Medio Oriente, 8 de cada 10 ciudadanos se definen como religiosos, mientras que 7 de cada 10 en Europa Oriental y América y 6 de cada 10 en Asia se perciben a sí mismos de esa manera.

Es en Europa Occidental y Oceanía donde las opiniones están parejamente divididas entre quienes se consideran religiosos y quienes no: 4 de cada 10 entrevistados optaron por una de estas dos opciones.
Entre las naciones incluidas en la muestra las más religiosas son Tailandia, Armenia, Bangladesh, Georgia, Marruecos, Fiji y Sudáfrica, con más de 90% de creyentes en su población. En Rusia 70% de los ciudadanos se considera religioso y 56% en Estados Unidos, pero apenas 30% de los habitantes del Reino Unido afirma profesar alguna fe.
La nación menos religiosa es China: 61% de los entrevistados se definió como ateo convencido, 29% declaró no ser religioso y apenas un 7% dijo ser creyente.

En el ranking de los ateos, China es seguida (aunque de lejos) por Hong Kong (34%) y Japón (31%). Los suecos se han revelado como los menos religiosos del mundo occidental: 19% de los consultados asegura ser religioso, 59% que no lo es y 17% que es ateo convencido.
En Israel el 57% afirma ser no religioso y 8% ateo convencido, frente a un 30% que se define como creyente. Pero en los territorios palestinos (Cisjordania y la Franja de Gaza) la población es mucho más religiosa: 75% de los consultados dice serlo, frente a un 18% que declara no serlo.
Es interesante destacar que en 43 de los 65 países estudiados la población es mayoritariamente creyente y que en 33 de ellos, entre los cuales se encuentra la Argentina, quienes se definen como religiosos superan el 70%.

De las 22 naciones restantes, es decir aquéllas donde los no religiosos son mayoría, 13 pertenecen a Europa Occidental.
A nivel mundial, son los más jóvenes (menores de 34 años) los más religiosos: 65% frente a un 60% en los otros grupos etarios. Y quienes sólo cuentan con escolaridad primaria son los más religiosos (74% frente a un 60% entre las personas con educación universitaria). Pero los creyentes son mayoría en todos los niveles educacionales.

Y entre las personas con ingresos medio-altos un 25% se definió como atea frente a sólo un 6% entre los entrevistados de ingresos bajos.
Otro aspecto importante es el papel de la religión en el proceso de identificación de los individuos respecto de otros ámbitos como la nacionalidad, la cultura o el lugar de residencia y aquí se registran marcadas disparidades entre las regiones. Globalmente, 4 de cada 10 entrevistados (41%) respondieron que lo más importante era la nacionalidad, 2 de cada 10 (19%) optaron por la religión, casi tantos como quienes eligieron la localidad en la que viven (18%). Menores adhesiones obtuvieron otras alternativas: 6% de los consultados mencionó su continente y 3% su grupo étnico.
Sin embargo, en el Medio Oriente una clara mayoría señaló a la religión como lo más importante (54%), mientras que la nacionalidad quedó relegada a un lejano segundo puesto (25%). Las opiniones están más divididas en África, donde 33% de los consultados mencionó a la religión y 26% a la nación y en esta región es donde se registran los valores más altos para quienes consideran que lo más importante es el continente (15%) o el grupo étnico (7%).
En las Américas y Asia la religión aparece como lo segundo más importante detrás de la nación (2 de cada 10 consultados así lo indican en ambas regiones). Pero en Oceanía lo más relevante después de la nación es la localidad o zona en que se vive, un aspecto aún más marcado en Europa Oriental, donde el lugar de residencia tiene preeminencia sobre la nación (31% versus 25%).
A nivel país, entre las naciones estudiadas son las de fe musulmana las que más priorizan la religión sobre otros aspectos: Argelia, Arabia Saudita, Bangladesh y Malasia sobre todo, seguidas por Marruecos y Turquía. La tendencia opuesta se verifica en varios países de Europa y algunos del norte de Asia: en Austria, Bulgaria, Letonia, Rusia, España, Bélgica, República Checa, Japón, Corea del Sur, Suecia y China es donde menos importancia se atribuye a la religión.
Las prioridades también se alteran en función de la adscripción religiosa de los consultados. A nivel mundial, son los musulmanes quienes más consideran que la religión es más importante que cualquier otra cosa (48%), seguidos por los protestantes (3 de cada 10), los judíos (21%), los católicos romanos (18%) y los budistas (15%).

En el resto de las orientaciones apenas uno de cada 10 entrevistados coloca a su fe en primer lugar.
Interesa saber qué muestran las tendencias y cual es el escenario probable de futuro de la religión. Si tenemos en cuenta varias investigaciones en las que hemos participado en los últimos 20 años vemos que el porcentaje de gente que dice no pertenecer a ninguna denominación religiosa ha permanecido relativamente constante, mientras que, en cambio, ha crecido el número de fieles musulmanes y ha disminuido el de católicos romanos.
Asimismo, teniendo en cuenta que uno de los indicadores que mejor definen el grado de religiosidad es la importancia que se otorga a Dios en la vida y según datos de la última Encuesta Mundial de Valores los musulmanes son quienes le brindan más importancia (93% le da alta relevancia), seguidos por los protestantes y católicos (82%), los budistas (65%), los hindúes (64%) y los judíos (54%). Por otra parte es interesante destacar que entre los de religion musulmana los jóvenes son muy religiosos y, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de las naciones católicas o protestantes, no se produce una merma en la religiosidad a medida que se avanza en la edad.
La religión sigue vigente, con una mayoría de personas a nivel mundial que sostiene que juega un papel positivo en sus sociedades. Es muy importante seguir investigando y detectar los cambios a medida que el tiempo pasa, así como ir incorporando otros factores y variables que permitan una comprensión más profunda de las distintas religiones.
Una década atrás, en el capítulo sobre religión del libro Voice of the People (2006) decíamos que “para minimizar el conflicto y alejar la violencia y la confrontación son necesarios el diálogo, el entendimiento y la tolerancia en los ámbitos de la política local e internacional”. Esta premisa es quizás aún más válida hoy. Vemos la necesidad de un mayor conocimiento, acercamiento y diálogo interreligioso: este es uno de los grandes desafíos que tenemos por delante para alcanzar un mundo en paz y sin violencia.

Fuente: VR