Para la Suprema Corte «hay que reorientar el sentido» de la pesquisa y la única prueba contra los sospechosos son las contradicciones en sus declaraciones
Si hay algo en lo que las partes coinciden es que el crimen de Lola Luna Chomnalez es un caso complejo. Y el panorama no es para nada esperanzador. Así lo reconoció el vocero de la Suprema Corte de Justicia uruguaya. «Ahora estamos estancados, por eso es que hay que reorientar el sentido de la investigación», admitió Raúl Oxandabarat al diario El Observador. «No descartamos ninguna hipótesis, incluso la de un robo», agregó. En ese marco, la jueza Marcela López ordenó una serie de medidas en busca de nuevas pistas.
La investigación se quedó hoy sin detenidos. A las 3.30 de la madrugada, la jueza López dispuso que queden en libertad la madrina de la víctima, Claudia Fernández, y su esposo, Hernán Tuzinkevich. Pese a que fueron indagados, no hay ninguna acusación concreta en su contra.
Uno de los abogados a cargo de la defensa de la pareja, Gastón Chávez, advirtió que «hay muchos actores, muchas declaraciones contradictorias» y que «hoy por hoy, todo es un catálogo de incertidumbres». Y sentenció: «Yo tengo 35 años de abogado y nunca vi un caso tan complejo».
Precisamente las contradicciones brindadas en sede judicial constituyen el único indicio que puso a Tuzinkevich y su pareja en la mira de la investigación. Una fuente citada por la prensa uruguaya dijo que el hombre «hizo agua» durante su indagatoria.
El propio papá de Lola, Diego Chomnalez, se refirió al tema. Cuando le preguntaron en una entrevista televisiva si desconfiaba de Tuzinkevich, respondió: «Sí, inmediatamente después (de que hallaron el cuerpo) empezamos a atar a cabos y a comprobar cosas que conforman una lista de incoherencias».
No obstante, una contradicción no es una prueba y lo cierto es que Tuzinkevich fue liberado. «La investigación sigue abierta, ya que no hay elementos para responsabilizar del homicidio a nadie», explicó a El Observador Oxandabarat.
Pero pese al escenario negro, el abogado de la familia Chomnalez, Jorge Barrera, se mostró esperanzado. Indicó que «la familia lo que necesita son respuestas justas, respuesta reales» y dijo tener «la sensación de que la verdad va a llegar».
Quizás uno de los puntos más importantes a develar es la data de muerte de la menor, ya que los testigos se contradicen sobre cuándo fue la última vez que la vieron con vida. Este habría sido uno de los puntos menos nítidos de la declaración de los sospechosos y habría incongruencias entre la pareja, el hijo de Fernández, de 14 años, y un amigo de este, oriundo de Valizas.
Hay otros interrogantes abiertos que podrían arrojar un poco luz al expediente en los próximos días. Por ejemplo, se sabe que Lola murió por asfixia, pero no si fue por obstrucción o sofocación. Tampoco se halló la mochila de la adolescente, donde tenía un libro, una botella de agua, ropa y dinero.
Otro misterio es lo que el abogado defensor Chávez definió como un «relato fantástico» sobre cómo hallaron el cadáver semienterrado de la adolescente. «Un testigo dice haber ido cuatro kilómetros o más por la playa rochense, rastreando huellas chiquitas que serían de Lola y que, después, esas huellas se juntan con una más grande, que se detienen frente al lugar donde encontraron el cuerpo», contó. Y aclaró que «Lola no tenía un pie pequeño».
La magistrada espera el análisis de las uñas de la joven y su cotejo con el ADN de los sospechosos, y el resultado de las pesquisas de la Policía Técnica. La jueza a su vez sumó hoy otras medidas de prueba que podrían abrir la investigación: una autopsia psicológica de Lola, una pericia para analizar la personalidad de su madrina y su pareja, y un pedido de informe sobre las llamadas que ingresaron y salieron de los teléfonos celulares de la víctima y Tuzinkevich.
El vocero judicial había dicho en una de sus primeras declaraciones que se trataba de un caso «complejo» y el presente de la investigación lo comprueba. Se espera que mientras no haya alguna novedad la magistrada no cite a un nuevo testigo. Ya declararon doce personas. Y sus palabras por ahora no bastaron.