(Escribe Adrián Freijo) – La Cámara confirmó el procesamiento de Boudou en la causa Ciccone. Un tribunal condenó a Maria Julia a tres años y 6 mese de prisión.Dos caricaturas del poder.
Maria Julia llegó a las orillas del menemismo como parte de un negocio político impresentable. Cedió sus votos en el Colegio Electoral -que todavía existía- para permitir que Eduardo Vaca fuera Senador por la Capital Federal en desmedro de Fernando de la Rúa que había ganado el comicio.
Entre copas de rubio champagne, trajecitos sastre y una infancia de represiones fue apareciendo prono la Maria Julia que estaba adentro. La mujer quería divertirse, sacar «la potra» que imaginaba ser y sobre todo acumular más poder del que jamás había soñado en sus años de pacata ama de compañía del Capitán Ingeniero amado por la «gente como uno».
No tuvo en cuenta que enfrente tenía la peor de las mezclas posibles: un turco y además peronista.
Con su primer característica percibió enseguida que ahí estaba una dama apta para todo servicio y la mandó a regalar Telefónica, pulverizar SOMISA, hundir ASTILLEROS ALIANZA con toda la industria naval incluida y comenzar la era de negocios con los subsidios internacionales en materia de preservación del medio ambiente, dejando que en el camino hiciese todos los papelones posibles como anunciar el saneamiento del Riachuelo en mil días o posar con pretensiones nudistas para la tapa de la revista Noticias.
También como turco con harem propio Menem dejó que ella, como tantas otras, dispusiese de sus sábanas para contar en rueda de amigas hazañas sexuales que en realidad nunca ocurrieron más que en su imaginación.
Y como peronista el Turco tuvo a mano «ese gil de la oposición» que siempre está dispuesto a prestarle al peronismo una pátina de pluralidad a cambio de algo de poder. «Y si es conservador mejor», diría un pícaro general paraguayo amigo mío, «nunca entendieron mucho esto de la política».
Terminado el poder volaron las plumas, las pieles, las sábanas y la gloria.
Maria Julia comenzó su calvario judicial, perdió la fortuna amasada en época en las que se creyó Cenicienta y no pudo siquiera salir a la calle, como forma de evitar que «esa gentuza» le recordase a cada paso que a los argentinos, aún un tanto zanguangos, no nos hace mucha gracia eso de que nos anden robando.
Hoy fue condenada a 3 años y 6 meses de prisión por irregularidades en las reformas edilicias que ordenó su dependencia durante los años 90. Es la segunda condena que recibe por administración fraudulenta. La otra había sido en el 2014 por cuatro años.
El Marqués de la Nada y Aledaños
Amado Boudou siempre quiso aparentar más de lo que era; hasta que cometió el peor de los errores que pueda cometer un impostor: creer que es lo que aparenta.
También «paquetón» como Maria Julia, también advenedizo desde ese seudo conservadorismo tan propio del centrismo argentino, también amante de frecuentar círculos que no le son propios, el jóven y emprendedor marplatense pasó por esta vida…afanándose hasta el agua de los floreros.
Sus andanzas con la empresa Venturino, que durante años desparramó la basura de Mar del Plata, o en el Municipio de La Costa son demasiado recordadas como para tener que volver sobre ellas en este momento.
Despreciado por Kirchner, creyó haber embelesado a su viuda sin darse cuenta que su elección como vicepresidente se debió tan sólo a dos motivos.
El primero a la necesidad de acallar una interna mucho más feroz de lo que suele contarse. Ninguna de las líneas internas del «pero-kirchnerismo» hubiese aceptado que el elegido fuese otro.
Y como le ocurriera a Perón en 1973, cuando tuvo que «taponar» el cargo con Isabel por idénticos motivos, Cristina eligió por el rubión de la amplia sonrisa que por inocuo no preocupaba a ninguno de los aspirantes.
Perón se encontró con la muerte antes de poder cerrar la alternativa de una alianza cívico-militar que tras un proceso electoral adelantado se hiciese cargo de la sucesión. Y el precio que pagamos todos fue Isabel.
Cristina tenía una idea similar con la única diferencia que ella iba a ser heredera de sí misma.
¿Cómo?, muy sencillo. Boudou debería renunciar antes de los dos años, lo mismo haría el vicepresidente que sería alguien de la «mesa chica» del poder y de acuerdo a la Constitución debería darse por agotado el período, llamar a nuevas elecciones presidenciales y permitir entonces que «la Jefa» fuera candidata sin impedimento alguno.
A Cristina no la sorprendió la muerte….la atropelló Ciccone, un Honda Rojo con médano incluído, unos míseros viáticos por viajes inexistentes y alguna otra zoncera de las que sólo pueden dejar en evidencia a un zonzo.
Los chicos «paquetes» del peronismo están en problemas. ¿Y quiere que le diga una cosa?….se lo merecen.
Cómo se lo merece todo infeliz que a la mañana, mirándose al espejo, no es capaz de preguntarse qué méritos hizo para llegar adonde llegó y contestarse con sinceridad que ninguno.
Algo que cuando sea más habitual nos evitará a nosotros muchos disgustos y a estos hermanitos D’Cuarta y muchos como ellos algunos años de cárcel.