Los islámicos argentinos temen por los prejuicios

Advierten que los perpetradores de los atentados como el de Francia nada tienen que ver con la fe, sino que son «simples terroristas».

Primero fue la natural consternación por el brutal ataque a la revista satírica francesa. Pero inmediatamente después otro sentir invadió a la comunidad islámica argentina: una enorme preocupación. Es que sus miembros creen que cada vez que se producen estos hechos protagonizados por “fundamentalistas islámicos” –una categorización que rechazan porque los consideran simples terroristas ajenos a su fe- el Islam sufre un tremendo desprestigio ya que, sea por desconocimiento, sea por un intento de demonizarlo, se generan mensajes en los medios y en ciertos líderes de opinión que promueven el prejuicio de que su doctrina promueve la violencia.

No faltan quienes creen que la masacre de este miércoles será un punto de inflexión en la compleja relación entre la comunidad islámica y varios países europeos, sobre todo Francia y Alemania, donde suele haber marchas de rechazo a la creciente presencia y costumbres islámicas. O sea: que las cosas estarán peor para los islámicos: acaso se endurezcan las exigencias migratorias, decrezca la oferta de empleo, se persiga el uso del pañuelo que cubre la cabeza de las mujeres… Pero nada de eso vaticinan para la Argentina –donde hay unos 600 mil musulmanes-, considerada un ejemplo de convivencia interreligiosa.

“En la Argentina no solo hay una buena convivencia, sino que existe desde hace tiempo un diálogo entre las distintas comunidades que podríamos llamar preventivo, mientras que en Europa se acuerdan de tender puentes cuando se producen hechos terribles como el ataque a la revista”, dice Omar Abboud, miembro del Instituto de Diálogo Interreligioso, surgido por impulso del entonces cardenal Jorge Bergoglio, y quien se abrazó el año pasado con el Papa Francisco y el rabino Abraham Skorka frente al Muro de los Lamentos. Por eso, considera que hay que trabajar aún más para despejar los prejuicios.