Lucas Fiorini, Crear y la versión local de «La Casa de Papel»

Por Adrián FreijoEl saliente senador, cultor del garrochismo, está armando una nueva fuerza construida en torno a dirigentes chupados de otros partidos y dinero aportado por el ravertismo.

Lucas Fiorini surgió a la consideración pública como un convencido dirigente del «massismo» local, de cuya mano llegó a ocupar una banca en el Concejo Deliberante.

Al poco tiempo, buscando una libertad de acción que le permitiese encontrar apoyos políticos un poco más sólidos que los que por entonces podía ofrecer el hombre de Tigre, hizo rancho aparte y comenzó a coquetear con el kirchnerismo, aunque los cambios de viento terminaron por depositarlo en brazos de Juntos por el Cambio, de cuya mano llegó a sentarse en una banca en el Senado de la Provincia de Buenos Aires.

Esa alianza tuvo su co-relato local y sirvió para colocar a su mano derecha Alejandro Carrancio en la presidencia del bloque oficialista de concejales. Aunque a poco de andar, y desilusionado por el espacio que se le ofrecía en la coalición y que suponía no renovar la banca, intentó primero presionar al Ejecutivo local haciendo que su ladero llevase al  fracaso la necesaria reorganización del transporte urbano para, ante la dura respuesta de Guillermo Montenegro que solicitó la renuncia a todos los funcionarios provenientes del sector político soliviantado, pegar un portazo y convertirse de la noche a la mañana en la más dura oposición dentro del cuerpo.

Sin solución de continuidad, todo lo que hasta ayer estaba bien pasó a estar mal de punta a punta…

Y como los berrinches no suelen llegar solos, la partida del ex basquetbolista Nicolás Lauría de las playas oficialistas -casualmente también por no estar de acuerdo en los conchabos ofrecidos para su sector- permitió a Fiorini armar un espacio nada despreciable de dos concejales, por supuesto acérrimamente opositores a lo que se cuadre, al que jocosamente en el Concejo llaman «el bloque robado». Y es que ninguno de sus integrantes llegó a su escaño por defender las posturas que ahora sostienen con la vehemencia propia del converso.

Durante la campaña electoral, que ciertamente tuvo un escuálido resultado para el flamante conglomerado de enojos y decepciones ya que lo dejó a casi 6 puntos de poder lograr una banca, también CREAR se dedicó a hacer boquetes en otras fuerzas menores a las que fue vaciando de dirigentes, forzando la renuncia de sus candidatos y consolidando esa tendencia a crecer en base a utilizar capitales ajenos para arrimar el bochín a los muy escasos propios.

Y si de eso se trata, la versión de un arreglo con el Frente de Todos para que desde la conducción local de la ANSES lleguen fondos para financiar una agresiva campaña de cara a noviembre que permita neutralizar votos que de otra forma irían hacia el oficialismo y, no en pocos casos, hacia Acción Marplatense, vuelve a mostrar que el singular dirigente no le hace asco a sector político alguno mientras ello sirva a sus estrategias e intereses.

A tal punto habría llegado el acuerdo de Fiorini con Pablo Obeid -titular del organismo en Mar del Plata y pareja de Fernanda Raverta– que no se descarta que el saliente senador, ya que no habrá banca para él a partir de diciembre, desembarque con su armada Brancaleone en el Banco de la Provincia de Buenos Aires desde donde supone podrá barajar y dar de nuevo.

Casi como poner a «El Profesor» de la exitosa serie La Casa de Papel a conducir el Banco de España, aunque claro está que lo decimos en términos únicamente políticos…

Aunque con Fiorini nunca se puede estar seguro en que vereda y con que compañía estará apenas mañana.