Redacción – Para muchos es el manotazo final y nadie duda que el nuevo Bolivar Soberano nace herido de muerte. Una caricatura de una convertibilidad que lo ata a otra moneda propia. Insólito.
La nueva moneda venezolana, el Bolivar Soberano, que nace de quitar a la actual la friolera de cinco ceros, estará atada a otro engendro propio del país caribeño que es la cripto moneda lanzada hace unos meses y que ya ha sido excluida del circuito internacional. El anuncio presidencial pordría sintetizarse en los siguientes aspectos: el anclaje del Bolívar Soberano al Petro es la médula del ordenamiento monetario. En ese sentido Maduro aclaró nuevos detalles sobre el tipo de cambio que comenzará a regir la economía venezolana.
Primeramente se fija el valor del Petro acorde al precio de la cesta venezolana de petróleo, unos 60 dólares por unidad, precio que será además «oscilante».
Por otro lado, el precio inicial del Petro en Bolívares Soberanos será de 3 mil 600. El presidente Maduro señaló que el Petro tendrá un rol como «unidad de cuenta fluctuante para fijar el valor del trabajo y precio de los bienes de consumo».
El resultado esperado en este tipo de anclaje es que se establezca una referencia cambiaria «de inicio» que pueda desarrollarse mediante un nuevo sistema y tipo de cambio dinámico, como medida de contención y desaceleración del dólar paralelo y sus derivaciones hiperinflacionarias.
A diferencia de otros modelos de «Caja de conversión», implementados por otros países que establecen una paridad entre la moneda local frente al dólar, demandando al mismo tiempo un doloroso endeudamiento externo para poder colocar a disposición la divisa norteamericana, Maduro asume el uso de la criptomoneda venezolana Petro como un factor o unidad contable, haciendo de su propuesta de anclaje un sistema de «Caja de conversión» con la facultad de poder emitir el criptoactivo venezolano a discrecionalidad, y que este pueda consolidarse como referencia y factor de convertibilidad monetaria.
En pocas palabras una convertibilidad -más cercana a la canasta de monedas en cuanto a la variación del precio de la moneda nacional- que sin embargo se rige por una paridad que no es con alguna o algunas divisas fuertes del mercado mundial de cambios (como fue la paridad peso-dólar en los años 90) sino que intenta sostenerse en una ficción como es la cripto moneda propia que ni siquiera es aceptada en el incipiente mercado mundial de divisas virtuales.
Un plan que nace herido de muerte, insostenible desde lo técnico y lo político y que se referencia en la ficción del relato oficialista que insiste en esconder una situación de implosión social que seguramente se acelerará a partir de esta insólita decisión de Maduro y sus «estrategas».
Venezuela es, a partir de hoy, un país sin moneda y sin mercado.
