MARTILLEROS: TAURAS CON EL ESFUERZO AJENO

Solo se trata de poner límites a la propiedad privada, columna vertebral de los países que han sabido progresar y avanzar. Ahora los martilleros, por interés corporativo, se suben a la ola de un nuevo fracaso.

El vicepresidente del Colegio de Martilleros de la provincia de Buenos Aires, José María Sacco, afirmó que la institución está de acuerdo con la creación de un impuesto a la vivienda ociosa y el otorgamiento de beneficios tributarios a propietarios que pongan en alquiler sus inmuebles.

En un comunicado, Sacco aseguró que la creación de un impuesto a la vivienda ociosa y el otorgamiento de beneficios tributarios a propietarios que pongan en alquiler sus inmuebles, “permitirá tener una mayor oferta de inmuebles para alquiler y hará que los valores del mercado desciendan”.

Seguramente impulsado por la necesidad de potenciar la alicaída realidad del sector que lo tiene como directivo -y que ha ingresado en una inexorable decadencia desde que las operaciones entre partes estallaron en redes sociales permitiendo la negociación directa de los interesados sin la necesidad de dejar monto alguno en concepto de comisión en el camino- el directivo parece no entender que el apoyo de la institución a este nuevo impuesto supone, además de una cuestionable posición conceptual, un tiro en los pies de sus propios intereses.

Y es que la sociedad argentina corre por estas horas detrás de caminos de libertad económica alternativos a la única idea que se les cae a las viejas y fracasadas corporaciones.

Sabiendo que los países que han logrado dar bienestar y estabilidad a los ciudadanos son aquellos que respetan a rajatabla la propiedad privada y no la ponen al servicio de estados prebendarios e ineficientes, la búsqueda de esos parámetros se ha convertido en un objetivo común que, aún anárquico en sus formas, va haciendo crecer una realidad paralela potente y progresiva que sirve para eludir cepos, limitaciones, políticas fiscales expoliatorias y todas las maniobras ideadas por el estado para quedarse con el esfuerzo del trabajo de los argentinos.

¿Porqué va a obligarse a una persona a disponer de lo que es suyo en tal o cual sentido?…

El criterio social del capital privado ya se cumple con los impuestos y tasas que los propietarios pagan por sus inmuebles y cualquier nueva imposición romperá el parámetro de la equidad fiscal y un mandato constitucional que es más que una expresión de deseos: todos los ciudadanos son iguales ante la ley.

¿Qué dirían los martilleros si, urgido por las necesidades que siempre genera el mal gasto público, el gobierno resolviese que sean ellos los que deban pagar un impuesto extra por cada propiedad que tuviesen en cartera para alquilar o vender?…

Seguramente pondrían el grito en el cielo y hablarían de atropello a sus derechos.

¡¡¡Qué fácil es hacerse el taura con lo ajeno en la Argentina!!!...y cuantos los que están dispuestos a intentarlo.