Massa encara la última etapa debatiendo la elección y su futuro

Por Adrián FreijoEl líder de 1País pasó por Mar del Plata para lanzar una recta final en la que deberá cuidar cada voto de las PASO y comenzar a delinear como y por donde sigue.

«Nosotros sentimos que le quisieron meter el miedo en la cabeza a todos los argentinos, de que la Argentina entraba en una privatización de todo. El miedo de que volvía la corrupción, y lo primero que queremos decir a la clase media y a los trabajadores es que vayan a votar el próximo domingo sin miedo, sino con esperanza que tenemos la capacidad de corregir el rumbo de la argentina pero de corregir sin destruir y sin frenar a la Argentina», sentenció el tigrense para dejar en claro desde el comienzo de su discurso que sigue planteándose como una tercera alternativa frente al oficialismo y a Cristina.

Massa se debate por estas horas tratando de frenar la fuga de votos y sabe que una buena elección en distritos de los denominados grandes puede ayudar a mantener un posicionamiento de tercera fuerza, no ya solo desde lo numérico -que de poco serviría si no logra traspasar la barrera de los 10 puntos- sino desde lo político, algo más complicado cuando se tiene en cuenta los aprestos de unidad del peronismo, un espacio en el que no todos tienen miradas positivas acerca del papel que le tocaría jugar pero en el que seguramente deberá abrevar para evitar una fuga aún mayor de quienes hasta hoy, no sin críticas y negociaciones reservadas, aún se mantienen en su espacio.

Hábil para el mensaje encriptado -más allá de la grandilocuencia de algunos de sus anuncios- Massa sostuvo que «tenemos la firmeza para que no haya reforma laboral ni jubilatoria que signifique perdida de derechos a los trabajadores o jubilados. Sí queremos que haya cambios, que la plata de los jubilados vaya para los jubilados, que los trabajadores dejen de pagar impuesto a las ganancias y que empiezan a pagar si los dueños de bancos, mineras, empresas de bingos y casinos que parecen intocables».

En pocas palabras adelantó que adonde vaya va a mantener una posición de fuerza, tal vez coqueteando con los pedazos dispersos de un kirchnerismo en retirada, que le permita eludir la tentación de algunos gobernadores peronistas que están dispuestos a ceder a las demandas del gobierno en materia fiscal y previsional a cambio de ver asistidas sus agotadas arcas.

Mar del Plata se ha convertido entonces en un alfil fundamental de una estrategia que, al no estar definida, tiene como objetivo inmediato el preservar protagonismo en el escenario político nacional. La buena posición de los candidatos locales, con serias posibilidades de coronar dos bancas en el Concejo, es un soplo de aire fresco ante una realidad que no es todo lo sonriente que Massa podía esperar a esta altura.

Al final del día domingo los votos locales pueden representar uno o dos diputados más y, en una cosecha que seguramente no será impactante, mostrará una vez más la importancia política de General Pueyrredón, ese inmenso conglomerado al que muchos líderes nacionales suelen descubrir tardíamente en su peso general.

Algo que sí hizo María Eugenia Vidal que comprendió que «el fantasma de La Matanza» se exorciza con los votos de mar del Plata y Batán.

¿Será que la vieja tradición no peronista de nuestra ciudad hace que los dirigentes de ese espacio no logren entender que las cosas han cambiado y que hoy nos rodea un conurbano con los mismos problemas, carencias y necesidades que el que sus caciques ven como el dueño de la pelota?.

Todos se juegan mucho el próximo domingo…nosotros también.