Massa y las lecciones que debe aprender un verdadero conductor

Por Adrián FreijoSergio Massa quiso hacer creer que el ex intendente Gustavo Pulti ya está dentro de su espacio. Un error de apreciación que afecta al nombrado y también a la tropa propia.

«En política hay que saber desensillar hasta que aclare» afirmaba Juan Domingo Perón cuando sus propios seguidores querían empujarlo a tomar decisiones que él consideraba apresuradas. Y esa era, y sigue siendo, la diferencia entre un conductor capaz de mirar el conjunto de la realidad y quienes pretenden serlo desde el prisma de sus propios intereses.

A Sergio Massa parece resultarle difícil entender dos cosas sencillas y que tiene instaladas desde hace tiempo frente a su propia nariz: que es tan joven que no se entiende el constante apuro y que conducir no es resolver por los demás como si fuesen piezas de su propio juego de ajedrez. Y esa falta de comprensión, que seguramente llegará con el tiempo y la madurez, ha convertido a su espacio en constante puerta de salida de dirigentes que no comparten su estilo de conducción y no encuentran en el referente espacio alguno para la crítica.

Así fue como dilapidó triunfos electorales que no supo entender como resultado de las circunstancias que lo convertían en alternativa del rechazo hacia el gobierno de turno y él prefirió interpretar como apoyo a su persona. Los porrazos posteriores debieron ser suficiente prueba de que algo había que cambiar en la forma de mirar las cosas; pero nada de eso ocurrió.

De paso por Mar del Plata el líder del Frente Renovador anunció muy suelto de cuerpo que «de una PASO entre Gustavo Pulti y Ariel Ciano saldrá el futuro intendente de Mar del Plata», sin tomarse el trabajo de comunicar previamente esa visión a los dos interesados.

¿Resultado?…Pulti se encargó de desmentir desde su propio espacio cualquier acuerdo con el tigrense y Ciano, aunque no lo diga públicamente, sintió que Massa lo utilizaba para un juego político acerca del cual no había sido consultado.

El ex intendente ya ha expresado que trabaja en la construcción de un espacio amplio y plural del cual estaría dispuesto a ser candidato en octubre. Pero de ninguna manera a limitar su campo de acción y serlo como integrante de solo uno de los sectores que deberían integrar esa construcción, que hoy busca puntos de coincidencia entre el peronismo, el kirchnerismo, el socialismo el progresismo, el massismo y por supuesto Acción Marplatense, al que pertenece y será siempre su territorio y plataforma.

Todas las encuestas circulantes lo colocan compitiendo con Vilma Baragiola -ambos muy lejos del resto- en la intención de voto de los marplatenses. Y todos los referentes de esos espacios citados saben que contarlo en la línea de largada significa la posibilidad concreta de alzarse con el tan preciado triunfo electoral.

Y si se logra la ansiada unidad y ella busca fortalecerse en una PASO es difícil imaginar a Pulti representando en ella a solo una de las facciones. Más previsible es un escenario en el que todos defiendan sus trapos y el ex jefe comunal represente los de todos…¿se entiende?.

«Acción Marplatense impulsa un proyecto que le dé a Mar del Plata fuerza de gestión, equipos y experiencia para progresar. Los únicos aliados imprescindibles son nuestros vecinos. No hemos avanzado en acuerdos con ninguna otra fuerza» sostuvo su presidente Martín Aiello pocos minutos después de las afirmaciones de Massa. ¿Hace falta decir como cayeron las mismas en el entorno del ex intendente?

Ariel Ciano tiene claro  lo que pretende ser, aunque por momentos se le dificulte resolver por donde transita el camino para lograrlo. Con menor intención de voto que el oponente que le inventa ahora Massa, sabe que puede mostrar una carta suficiente como para no ser dejado de lado al momento de discutir el futuro del espacio en la ciudad y en el poder.

La sorpresiva afirmación del ex Jefe de gabinete lo descolocó y por cierto lo enojó. De las palabras de Massa podría desprenderse un acuerdo a sus espaldas, aunque por estas horas haya tomado conciencia de que nada de eso ocurrió y los dichos son, al menos, una imprudencia digna de un entusiasta principiante y no de alguien que pretende gobernar la Argentina.

En pocos minutos Massa abrió una grieta en su espacio, puso en riesgo una alianza que podría llegar a ser ganadora e importunó a dos dirigentes que hoy tienen peso en la opinión pública. Uno de ellos dos veces jefe comunal y con una tendencia de voto que sin dudas será determinante.

Tan solo Mercedes Morro, construyendo pacientemente puentes con todos aquellos que deberían estar adentro del espacio, parece comprender por estas horas el valor del silencio y la prudencia. Pero es claro que no todos logran aprender de ese ejemplo.

Dicen que en la política argentina siempre es difícil saber lo que va a pasar y que el silencio es entonces la estrategia más inteligente.

Nadie debería olvidarlo…Massa tampoco.